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Tamara Falcó se consagra como famosa y empresaria tras su victoria en Masterchef

De Tamara Falcó hay pocas cosas que se desconozcan: pija, como ella misma se describe, famosa desde que nació y religiosa como pocas. Además, es una exitosa empresaria que no se conforma con lo que ya tiene. Su victoria en Masterchef Celebrity la consagra.

Sabíamos que ganaba ella. Se filtró y lo sabíamos. Aunque no teníamos ni idea de su menú compuesto por una ensalada homenaje a su madre, del pichón con multiesférico de maíz o del aire de chocolate y tarta de melocotón. Pero estaba claro desde hace tiempo que Tamara Falcó, hija de Isabel Preysler y el marqués de Griñón, iba a proclamarse vencedora de la cuarta edición de MasterChef Celebrity. Lea la crónica de la final en Ecoteuve.

La cuestión es que Tamara (arropada por su madre, Isabel Preysler, y Vargas Llosa) se hizo con los 75.000 euros del premio, que donará a los Mensajeros de la Paz del Padre Ángel. Además, la hermana de Enrique Iglesias se lleva un curso de cocina creativa en el Basque Culinary Center, el centro de estudios culinarios más prestigioso de España.

La victoria de Tamara Falcó ha supuesto que en las redes sociales muchos internautas hablaran de tongo o de enchufe, pero lo cierto es que a sus 38 años, esta joven ha logrado levantar la simpatía del público, tal vez por encima de otros famosos que llegaron antes que ella a lo más alto de este concurso. No tuvieron tanto predicamento mediático las victorias en MasterChef Celebrity del actor Miguel Ángel Silvestre, del piragüista y medallista olímpico Saúl Craviotto ni de la nadadora de sincronizada y también medallista olímpica Ona Carbonell.

La hemos conocido desde pequeña como la hija más espontánea, divertida y alocada de Isabel Preysler, pero con el paso del tiempo ha madurado y aunque nunca va a perder la frescura que le caracteriza, ha emprendido su propio camino como empresaria y diseñadora, además de como cocinera.

Acaba de cumplir 38 años y está en uno de los momentos más pletóricos de su vida. Semana tras semana, la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó se ha ido poniendo las pilas para afrontar cada prueba con la ayuda de varios cocineros y apoyándose en su compañero Juan Avellaneda.

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Tamara conquista a sus seguidores con sus buenas maneras, humor e ironía, pero también con su esfuerzo y su estrategia para conseguir aquello que quiere. Y eso que los personajes que se apoyan mucho en sus padres (en ser 'hija o hijo de') no tienen una imagen muy buena ni son demasiado competitivos. A Tamara, sin embargo, no le hacen falta estudios de Icade como a su hermana pequeña, Ana Boyer, a la que llegaron a denominar "el cerebro de los negocios de la saga Preysler" o "la lista de la familia, la más estudiosa"... Pero Ana abandonó su trabajo en Uría-Menéndez, uno de los bufetes de abogados más importantes de Madrid, por seguir a un tenista por las canchas de todo el mundo. Ahora es la mujer de Fernando Verdasco y madre de su hijo en común. Tamara, por el contrario, ha descubierto que su sentido del negocio es innato.

TVE niega trato de favor

La semana pasada fue su primo Álvaro Castillejo, hijo de Beatriz, la hermana de Preysler fallecida en 2011 tras una dura enfermedad, quien le echó una mano en los fogones de Masterchef. A probar sus platos durante la prueba de exteriores fueron su hermana Xandra Falcó con su hija y su primo Felipe. Tamara estaba encantada: "Ha sido un gesto precioso por su parte. Para ellos es un esfuerzo participar en este programa que ve tanta gente, sobre todo por lo anónimos que intentan ser siempre". Pero lo cierto es que Tamara no ha pedido en ningún momento que le apoye públicamente cualquiera de los personajes conocidos de su familia: su madre, Isabel Preysler, su padre el marqués de Griñón o el novio de su madre, el escritor peruano Mario Vargas Llosa, con el que se siente muy cercana. Ni siquiera alguno de sus hermanos menos famosos, como Julio José Iglesias. Los personajes más mediáticos del clan Preysler se han mantenido a un lado durante el concurso. Nadie podrá decir que Tamara ha utilizado a su familia para obtener el premio. Y eso que las críticas le llegan por todos lados y ha habido quien ha acusado al programa de trato de favor a Falcó, aunque la dirección del ente público lo niega abiertamente. Tamara apunta otra razón: "MasterChef ha sido una experiencia muy dura, mucho más de lo que se ve en la tele, tanto física como emocionalmente. A las horas cocinando y estudiando añádele que es una competición que ve un montón de gente, pero cuando te tomas algo con esfuerzo y seriedad, al final da sus frutos. La hostelería es eso: trabajo, esfuerzo y un poco de técnica. Me puse a tope, me esforcé y aquí estoy", concluye.

Mujer de negocios que se deja querer

En 2018 se aventuraba en el mundo de la moda con su propia marca, TFP by Tamara Falcó, pero dos años antes ya podíamos disfrutar de su primera colección, un conjunto de prendas vaporosas y coloridas, bajo el nombre Gypset Living S.L. Un negocio más que rentable desde su nacimiento. Ese mismo año 2016, la empresa registró unos ingresos superiores a los 190.000 euros con un beneficio cercano a los 22.000 euros, según informa El Español.

El éxito de su negocio se pudo comprobar al poco de poner a la venta su primera colección. Ya fuera por ser hija de Isabel Preysler, por diseños que enamorasen o porque había pocos productos de cada prenda, lo cierto es que a las pocas semanas muchos de estos modelos ya se habían agotado. En la página web donde la joven vende los productos, aparece un mensaje lamentando la falta de producto y avisan a los interesados que podían inscribirse en una lista de espera. Situación que continúa en la actualidad, ya que muchas de sus prendas tienen colgado el cartel Sold Out (agotados). Claro está que las redes sociales de Tamara son un escaparate de sus productos y más ahora que ha alcanzado mayor popularidad si cabe gracias a Masterchef.

Ella controla su propio negocio

De momento, el concepto de firma de moda de Tamara es totalmente opuesta al fenómeno 'low cost' actual. Sus precios, sin llegar a las cuatro cifras de la mayoría de firmas de lujo, se sitúan en una media de 350 euros por prenda, ya que están realizados con materiales de calidad, de forma artesanal y el stock es reducido. Son colecciones pequeñas que no se reponen constantemente y se hace solo una por temporada: un abrigo de alpaca, hecho con lana larga de alpaca baby suri de Perú es suave hasta decir basta. La camiseta Mario, "para esos días en los que quieres hacer travesuras y sentirte como una niña mala", según palabras de la socialité, está hecha con 100% algodón orgánico. La blazer escocesa, hecha con lana irlandesa, mohair y cashmere, es la típica americana que tendrás años en el armario y nunca dejarás de ponértela…Es la segunda colección de Tammy (como le llaman sus amigos) y se titula "back to basics".

La encargada de ponerla en marcha íntegramente ha sido Tamara, que ha invertido su propio dinero para ello, aunque ha aclarado que también ha tenido alguna ayuda de su hermano Enrique. La empresa fue constituida con un capital social de 3.006 euros y está domiciliada, precisamente, en casa de su madre, donde ahora vive con Mario Vargas Llosa, que está ubicada en la urbanización Puerta de Hierro. No tiene muchos beneficios de momento, pero la mejor noticia para la empresa es su activo, que hasta hace un año era de 144.000 euros, según datos de La información. Una cantidad nada despreciable teniendo en cuenta la filosofía de esta marca, que aboga por pocas colecciones y muy pocas prendas, lo que reduce mucho la posibilidad de facturación. En 2018 fue la presentación oficial de TFP, con Isabel Preysler luciendo sus vestidos en sus vacaciones veraniegas, por lo que es más que probable que los números del pasado año sean mejores, aunque sus modelos se han reducido en su página web desde que Tamara se presentó al concurso gastronómico. El tiempo es limitado y no puede con todo. Porque Tamara está totalmente volcada en su faceta como empresaria y ella sola asume las riendas del negocio. La socialité se encarga de todos los detalles, desde el diseño de las prendas hasta la elección de las telas, que compra en los mejores mercados, como París. La única tarea que delega es la de la propia confección, para lo que trabaja con un taller en Madrid. La hija del Marqués de Griñón busca que sus prendas perduren en el tiempo por su calidad, su comodidad y su funcionalidad.

Su amor por la moda, un reflejo de Dios

La ambición de Tamara no se queda ahí. La semana pasada, la marca Premium de LG, Signature presentaba 'Dreams', la primera exposición fotográfica protagonizada por Falcó y hasta el museo ABC se desplazaba la joven acompañada de su querido Avellaneda y soltaba su último bombazo: el diseñador y la socialité han decidido asociarse para lanzar una colección cápsula, ideada por ambos, para estas Navidades. Y como muestra un botón: al evento llegó la pareja vestida con la misma gama de colores: él, con americana de lentejuelas y ella, en el bordado de su vestido y una declaración de principios. "Este vestido es un modelo que yo he tenido en mi colección mucho tiempo y el bordado es muy Avellaneda. Es una colaboración entre los dos muy divertida, porque nos hemos dado cuenta en Masterchef que nos lo pasamos bien trabajando juntos". El vestido que lucía Tamara se trata de un diseño "con truco" para hacerlo más favorecedor al ser ceñido en la cintura, con detalle de paillettes plateadas y de falda tubo, lo que crea una silueta súper femenina. Y si le añades el escote en pico y la manga francesa solo podemos decir que es sencillamente perfecto tanto para la Nochebuena como la Nochevieja.

TFP by Tamara tiene en su fundadora la mejor embajadora posible. Por ejemplo, en la pasada gala de los Goya, Tamara aprovechó su primera aparición en la alfombra roja para lucir un vestido confeccionado expresamente para esa noche en sus talleres. Un diseño que le convirtió en una de las más elegantes de la velada y que sirvió de anticipo de lo que está por llegar a TFP para las fiestas navideñas: vestidos de fiesta.

Como ella misma asegura, "todo lo que diseño requiere de trabajo artesanal e iré aprendiendo más a medida que pase el tiempo. Porque mi amor por la moda me ha acompañado a través de toda mi vida, pero ha ido de la mano con el amor por la belleza... la belleza como un reflejo de Dios". Ahí está la clave. La hija de Isabel Preysler hablaba hace una semana de su conversión en la Jornada de Apostolado Seglar de Madrid y unas horas antes, mientras visitaba la catedral de La Almudena, reconocía al ABC que "Dios es tan importante para mí que lo que diga el resto del mundo me da igual".

Encontró a Dios cuando se separaron sus padres

"De pequeños, la seño –la señora que nos cuidaba– nos llevaba a Misa los domingos, pero cuando mi madre se separa nadie se preocupa de la educación en la fe. Mi tío Miguel era ateo, no creía en Dios. Y mi madre había vivido con unos padres, mis abuelos, que, según tengo entendido, tenían esa rectitud moral en la que no cabía el error... Años después, muerto mi abuelo, mi abuela vino de Filipinas a vivir a casa. Es una persona muy pía, de rosario y Misa diaria… Hacía muchas novenas, las oraciones a santa Brígida que duran meses y, en una de esas, Dios se apiadó de mí". Con esas palabras llenas de sencillez, Tamara confesaba al ABC cómo le llegó la fe. Explica que un buen día, al poco de separarse sus padres descubrió una Biblia, se sintió bendecida por el Espíritu Santo y empezó a ir cada día a misa, hizo retiros espirituales y sentía que cada día aumentaba su fe en Cristo. "Vi mi vida reflejada continuamente en la Biblia. Desde el Génesis vi lo que Dios había hecho conmigo: separar las luces de las sombras de mi vida. Cada capítulo de la Biblia tiene un significado, yo había estudiado Religión en el colegio, pero no era mi momento para entenderla", asegura en la revista Misión.

Tamara habla de Masterchef y de cómo ha disfrutado con gente distinta a ella, pero siempre intenta tratar a la gente con respeto y espera respeto. "Creo que Dios nos ama a todos. He estado en el abismo y sé que todos tenemos esa posibilidad de cambio y de amor. Cuando alguien se siente rechazado y está envuelto en esa oscuridad, como le tires otra piedra, es muchísimo peor. Dios tenía un plan conmigo, un plan de salvación", confiesa.

La hija del marqués de Griñón y de Isabel Preysler ha convivido desde su nacimiento con la prensa rosa y el mundo de los famosos. Pero en una familia y un ambiente en el que Dios no ha estado presente con frecuencia, Tamara Falcó no duda en salirse de lo políticamente correcto para hablar de su fe, dejando titulares como "Mi ideal de mujer buena es la Virgen María"; "Dios no tiene WhatsApp, pero es mi contacto favorito" o "Si Dios es el que hace todo perfecto, si no le tienes a Él, por mucho que tengas fama y dinero, no tienes nada".

Cuando se le pregunta por qué cree que cae tan bien a algunos y tan mal a otros, responde con la naturalidad que le caracteriza: "No me importa caer bien o mal. Sé que tengo un grupo de gente que me quiere, sé que Dios me ama y el resto, qué voy a hacer, no se puede gustar a todos". Además, asegura que se fía mucho de la Virgen en las pruebas del concurso y confiesa que reza "un montón" mientras cocina, aunque también pone todo su esfuerzo para hacerlo lo mejor posible. Incluso cuando le regañan los jueces porque lo hace menos bien, la joven intenta trasladar su religión a la cocina de Masterchef. "Cuando te hacen críticas los jueces, yo pienso por dentro: 'Sé mansa y humilde'. Cuando me quedo la última: 'Los últimos serán los primeros'.

El resultado final lo sabremos este miércoles 27 de noviembre. En cualquier caso, Tamara es la ganadora moral de esta edición de Masterchef. Sus innumerables seguidores en las redes lo confirman.

Unas Navidades estresantes

Tras unos intensos meses de rodaje y unas semanas de promoción, Tamara está deseando tomarse un tiempo de relax, aunque eso tendrá que esperar. Las Navidades están a la vuelta de la esquina: "Me encantan estas fiestas, viene toda mi familia y se come fenomenal. Me encargaré de supervisar los menús", dice. Eso sí, de ponerse el delantal, nones: "No voy a cocinar para los veinticuatro Falcó, con los cuarenta y tantos regalos que tengo que pensar... ¿qué vacaciones son esas". Aunque lo más complicado va a ser reunir a los Iglesias-Preysler: "Es que no cabemos con tanto marido e hijos. Chábeli está pensando en venir pero con los horarios de su marido y los niños... Y Ana no sé. Ayer estaba en Maldivas y antes en Filipinas. Es alucinante".

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Comentarios 1

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soy el angel matias,y lo sabes...
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esta chiquita es tan original como sofia...

www.sofiaoriginals.com

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