El monarca conservador Mohamed VI, que ha recibido multitud de críticas en los últimos dos años por la 'desaparición' de su ex esposa, ha decidido limpiar su imagen con un simbólico gesto: indultar a una mujer condenada a prisión por aborto y adulterio.

Se trata de la periodista Hayar Raisuni. El Ministerio de Justicia ha detallado en un comunicado que el perdón afecta también a la pareja sentimental de la periodista, Amin Refat, y al equipo médico que la atendió: "Esta gracia real se inscribe en el marco de la compasión y clemencia reconocidas por el soberano y la preocupación del Rey de preservar el futuro de la pareja, que cuenta con fundar una familia conforme a los preceptos religiosos y la ley, pese al error que cometieron y por el que se abrió el caso judicial", reza el comunicado del Ministerio del Interior.

El Tribunal de Primera Instancia de Rabat condenó a un año de cárcel a la pareja sentimental de Raisuni y a dos años de prisión y 500 dirhams (unos 46 euros) de multa al médico que realizó el aborto, que estará inhabilitado para ejercer durante dos años. También fue condenada la ayudante del médico a ocho meses de prisión y el anestesista, a un año de prisión, ambos suspendidos. El único supuesto de aborto admitido en Marruecos es el de riesgo para la madre, aunque solo en el caso de que el marido esté de acuerdo.

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Raisuni y su prometido fueron detenidos a la salida de la clínica el 31 de agosto. La defensa denunció durante el juicio que fue llevada por la Policía al Hospital Universitario de Rabat, donde sufrió contra su voluntad y fuera de cualquier procedimiento legal una revisión médica de una "violencia extrema para hacerla confesar". Ella asegura, además, que todo fue una castigo por escribir en protesta a las autoridades del país.

El indulto real podría ser una estrategia de Mohamed VI para blanquear su imagen, dañada tras su divorcio de Lalla Salma y los rumores acerca del paradero de la mujer tras el mismo, de la que apenas hay imágenes desde entonces. Algunos medios apuntaron a que la madre del heredero estaba recluida en un palacio, alejada de sus hijos y sometida a vigilancia, algo que el rey negó.

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