Meghan Markle y el príncipe Harry siguen disfrutando de su estancia en Sudáfrica. En su segunda jornada allí, los duques de Sussex han vuelto a dejar a su bebé Archie con la niñera y han visitado la Mezquita Auwal de Ciudad del Cabo, la más antigua del país. Para la ocasión, la ex actriz ha lucido un look estilo sahariano rematado por un velo blanco.

Meghan Markle se ha decantado por un vestido camisero largo de color verde oliva y manga corta. La prenda le sentaba como un guante y el cinturón que llevaba cumplía la función de afinar su cintura. La duquesa completaba su look con un pañuelo de color blanco roto que hacía las veces de velo y mocasines que luego se quitó para acceder a la Mezquita.

Tras la visita al templo sagrado, Meghan y el príncipe Harry han recorrido el barrio de Bo Kaap, conocido por sus casas de colores y sus calles empedradas. La duquesa, ya sin el velo, ha saludado a las personas que les esperaban y ha charlado amigablemente con ellas, especialmente con los niños.

También han sido agasajados con algunos regalos y flores antes de dirigirse a la casa de Shamiela Sanodien, una residencia de la calle Chiappini, donde han tomado té.

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