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Luis Enrique anuncia que ha muerto su hija Xana a la edad de 9 años

Tras cinco meses de lucha, en donde Luis Enrique Martínezel ex seleccionador nacional de fútbol, lo dejó todo y lo dio todo para estar con su hija en la enfermedad, llega la peor de las noticias. Reproducimos la nota del asturiano y su familia. Descanse en paz Xana.

"Nuestra hija Xana ha fallecido esta tarde a la edad de 9 años, después de luchar durante 5 intensos meses contra un osteocracoma".

"Damos las gracias por todas las muestras de cariño recibidas durante estos meses y agradecemos la discreción y comprensión".

"También agradecer al personal de los hospitales Sant Joan de Deu y Sant Pau por su dedicación y trato, a los médicos, enfermeras y a todos los voluntarios. Con una menciómn especial al equipo de curas paliativas de Sant Joan de Deu".

"Te echaremos mucho de menos pero te recordaremos cada día de nuestras vidas con la esperanza de que en un futuro nos volvamos a encontrar. Serás la estrella que guíe a nuestra familia."

Descansa Xanita

Familia Martínez Cullell

Luis Enrique Martínez y Elena Cullell se tienen el uno al otro y a sus otros dos hijos para sobrellevar estos terribles momentos. Para ambos, la familia está por encima de todo desde que se conocieron.

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El ex seleccionador y su mujer contrajeron matrimonio el 27 de diciembre de 1997. Él, un futbolista famoso de calidad contrastada, rápido, con mucha garra, que llegó al Real Madrid procedente del Sporting de Gijón, el equipo de su tierra, y que terminó en el Barcelona, traslado que la afición madridista no le ha perdonado todavía. Ella, una de las tres hijas de Francesc Cullell, peletero del Baix Llobregat, que estudió Económicas, que nunca ejerció y que conoció al jugador cuando trabajaba como azafata de tierra.

Fue un flechazo. Se casaron ante dos centenares de invitados en la basílica de Santa María del Mar y tuvieron tres hijos: Pacho, que hoy tiene 20 años; Sira, 19, y Xana, la pequeña, 9. La familia encontró la casa de sus sueños en Gavá, una mansión de 841 metros cuadrados construidos en 2.363 de parcela. La información sobre la residencia de los Martínez-Cullell está muy manida. Se sabe hasta que el garaje ocupa 60 metros cuadrados, que en su interior no hay una exposición de coches de alta gama, carísimos, si no una furgoneta 'pic up', para trasportar las bicis, y un Mini. Cuando Luis Enrique entrenaba al Barcelona también había un Audi Q-7, cesión de la firma alemana a los jugadores y técnicos del Barça, en intercambio similar del que disfrutan en el Real Madrid.

Su parque móvil es una evidencia de su proverbial austeridad. Un futbolista de su categoría, que jugó en el Madrid y en el Barça, que vistió la elástica nacional, tuvo que hacer a la fuerza fortuna con su carrera. La hizo y no la derrochó. Solo se le conoce una inversión más allá del domicilio familiar en Gavá, que fue la casa de campo que levantó en las inmediaciones de Mareo y que se llamó La Masía. Hace tiempo que la vendió.

Después de colgar las botas en el Barcelona, Lucho se tomó un año sabático y se fue a Australia a practicar uno de su deportes preferidos, el surf; pero también el running. Quien fuera internacional con España en 64 ocasiones practica el deporte con pasión e igual se inscribe en un iron man que en un triatlón que en la Quebrantahuesos. Es un atleta y se mantiene como si continuara jugando al fútbol en la élite.

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Tras la aventura australiana, el Barça le fichó para que entrenara al B. Ahí empezó su carrera en el banquillo, donde lo descubrió la Roma. El paso fue de gigante y no dio los resultados esperados. No obstante, al término de esa temporada nefasta en el Calcio, regresó a España y le contrató el Celta, al que terminó clasificando noveno en LaLiga. En 2014 el Barcelona le echó el lazo. No costó demasiado convencerle. "Me cuesta mucho vivir lejos de mi familia", confesó entonces. Cuando estaba en Vigo vivía a caballo entre la ciudad gallega y la Condal. El matrimonio desestimó la mudanza para no cambiar a los hijos de colegio.

Elena, su mujer, junto con Pacho y Sira, los dos hermanos que tenía la fallecida Xana, son los pilares de Luis Enrique. En las tres temporadas que pasó en el banquillo del Barça ganó dos Ligas, tres Copas del Rey, una Supercopa de España, una Champions, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes. El último año, 2017, 'solo' conquistó la Copa y aunque acabó segundo en el torneo liguero, eso le costó la renovación. Fue como si el histórico triplete del primer curso no hubiese existido. No fue un drama para él, solo un lapsus en su carrera. En 2015 le nombraron Mejor entrenador del mundo y su reputación y sus éxitos le convirtieron en el octavo técnico mejor pagado del planeta fútbol. Cobraba 7,5 millones netos por temporada, suma a la que añadía las primas por objetivos alcanzados (títulos), total, unos diez millones anuales limpios de polvo y paja.

Luis Enrique, como tantos y tantos triunfadores en el fútbol de altísima competición, amasó una pequeña fortuna de la que no distrajo un céntimo en aventuras inmobiliarias ni en inversiones de esas que, según dice el camelador de turno, convierten el plomo en oro. Lucho es un hombre austero que vivía para su familia, para el fútbol y para apuntarse de cuando en cuando en alguna de esas pruebas atléticas que exigen una fortaleza enorme a quienes las practican. Y en ese estatus lo encontró Rubiales, el presidente de la Federación, quien le entregó las riendas de la selección española después de la tocata, la fuga y el despido de Julen Lopetegui, a pocas horas del comienzo del Mundial de Rusia, y de que Fernando Hierro se inmolara al aceptar el encargo de sustituir a quien clasificó a España para el campeonato.

Tenía ofertas económicamente despampanantes de la Premier, pero aceptó la que le hizo Rubiales por dos temporadas, a millón y medio de euros cada una de ellas. El dinero no era un problema, para Luis Enrique el dinero no lo es todo, y aceptó el reto. Empezó bien y sufrió el primer traspié cuando España cayó eliminada de una novedosa competición, la Liga de las Naciones, en la que comenzó con arranque de pura sangre y terminó con parada de mulo. Después, tras el tropezón, llegó el drama cuando la selección iniciaba la clasificación para la Eurocopa de 2020.

Finales del mes de marzo, España visitaba Malta. Un partido fácil que el seleccionador no pudo dirigir porque la víspera tuvo que salir a toda velocidad hacia Barcelona. "Un problema familiar", dijeron en la Federación, que frente a la insistencia de quienes preguntaban, se 'extendía' en la explicación: "Un problema familiar muy delicado". Este jueves 29 de agosto sabemos que lo era.

Tenía que serlo para abandonar la concentración deprisa y corriendo. Allí en Malta se recordó entonces que Pepu Hernández, seleccionador de baloncesto, ganó el Mundial de Japón cuando ya le habían informado del fallecimiento de su padre. Con las cábalas quedaba prácticamente descartado cualquier accidente, o cualquier enfermedad, que no afectara a su esposa o a alguno de sus hijos.

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Pasó el tiempo, Robert Moreno, segundo de Lucho en la selección, dirigía al equipo siguiendo las indicaciones del seleccionador, permanentemente informado de todo lo que ocurría en la concentración y a quien remitían los vídeos de los entrenamientos. Era Luis Enrique quien hacía las alineaciones, pero era Robert quien ocupaba el banquillo. Ahora se ha sabido que ante la inminencia de los partidos con Islas Feroe y Suecia el titular puso su cargo a disposición de Rubiales y de Molina, el director deportivo. Prefirieron dar de plazo esos dos encuentros… Una vez superados, la decisión fue irrevocable. Luis Enrique ignoraba hasta este jueves que no olvidará cuánto tiempo estaría su ser más querido en manos de los médicos, con tratamientos. 

La pequeña Xana ha luchado cinco meses y los suyos, con Luis Enrique y toda la familia Martínez-Cullell, han dedicado su existencia en cuerpo y alma a permanecer al lado de Xana hasta que se ha ido. Descanse en paz.

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Comentarios 4

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Chuspi
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Que triste noticia y cuanto lo siento. Que descanse en paz ese angelito y todos los ánimos a la familia

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#1
Usuario validado en elEconomista.es
manuero
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Devastadora la noticia, mi más sentido pésame a la familia y mucho ánimo.

Felicitar a la prensa, por su disección en éste asunto: cosa que no es lo habitual!!!

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#2
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La muerte de un niño es siempre más injusta y dolorosa..... Mi enorme cariño y apoyo a sus padres y hermanos, Xana DEP.

Puntuación 2
#3
Ferran
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Ayer me enteré de la triste noticia del fallecimiento de la hija de Luís Enrique. Sólo puedo solidarizarme por el devastador momento por el que pasa toda la familia. Mis más sentido pésame.

Puntuación 1
#4