Isabel Sartorius, ex novia de Felipe VI, y César Alierta, ex presidente de Telefónica, reaparecieron la semana pasada en el Teatro Real de Madrid tras varios meses sin ser vistos juntos. Los enamorados disfrutaron de la actuación de Joan Báez, en lo que era el adiós de los escenarios de la artista estadounidense de música folk.
Para la ocasión, Isabel lució un vestido muy colorido de rayas horizontales en tonos rojos y rosas, que combinó con un bolso étnico. César llevaba un polo blanco, acompañado de unos pantalones oscuros. Ambos llegaron acompañados por una amiga de Sartorius.
Su reaparición llega en un momento clave para su relación. Y es que, según publicamos en Informalia a finales de junio, su amor estaba en punto muerto: "Siguen juntos, pero como podría llegar a decirse, de una forma singular. No progresan adecuadamente, si utilizamos un término escolar", nos contaba una fuente que conoce al empresario, quien comenzó a salir con Isabel en 2017.
Esta misma persona nos insistía en que cada uno conserva su propio espacio, como así sigue siendo. Cuando viene a Madrid, Sartorius tiene un piso que costea Alierta en la calle Fortuny, en la zona más "noble" de Chamberí, cuyo alquiler ronda como mínimo los 2.500 euros mensuales. Por su parte, el ex presidente de Telefónica sigue viviendo en la urbanización de la Florida, donde vivió con su mujer, Ana Cristina Placer, fallecida hace cuatro años.

Pese a su cita en el Teatro Real, la relación entre Sartorius y Alierta es más que complicada y tiene aún varios obstáculos que superar, tal y como nos decían fuentes cercanas a ambos: "No va a más, ahí se han quedado. No existen planes de futuro. Isabel se ha resignado y acepta la situación desde hace muchos meses". Se ven, quedan, pero llevan camino de convertirse en "amigos especiales", si no fuera por la implicación de César en ayudar a esta mujer a la que la vida no ha tratado nada bien desde su niñez. "Si ella sufre, él también", señalaban.

Felipe VI y doña Letizia, buenos amigos de Isabel, están pendientes de lo que acontezca en su relación y se preocupan por ella. El rey conoce lo suficiente a César, monárquico a carta cabal, como para darle un toque si pensara que pudiera llegar a dañar los sentimientos de su ex. Tal vez no se case nunca con ella, pero Alierta siempre la tratará como a una reina.