La vida personal de María Jiménez estuvo tristemente marcada por la muerte por accidente de tráfico de su hija Rocío en 1985, cuando la joven tenía tan solo 17 años. Los malostratos que denunció de Pepe Sancho marcaron después el infierno de su matrimonio. Se casaron en 1980 tras ocho meses de noviazgo, se divorciaron en 1984 y se volvieron a casar en 1987. La segunda parte de su matrimonio duró hasta el año 2002.
La cantante sevillana era propietaria de la casa de Chiclana de la Frontera (Cádiz) que adquirió en 1990 durante su matrimonio con el actor. Allí vivió hasta que el cáncer de pulmón se la llevó este jueves 7 de septiembre. Era su gran fortín de 140 metros cuadrados construidos sobre 3.300 de superficie. Cada rincón de la casa reflejaba su espíritu arrollador, su personalidad indomable y todo el poderío que la caracterizaba.

Cuando la adquirió durante su matrimonio con Pepe la casa se puso a su nombre y siguió siendo suya tras su divorcio. Los dos se casaron por separación de bienes: "A mí me daba vergüenza pedírselo, pero yo vi el cielo abierto cuando él me lo pidió, porque él no trabajaba", confesó la cantante en un Deluxe de 2016.
Sin embargo, en aquella misma entrevista aseguró que Sancho se llevó la gran parte de los ahorros del matrimonio cuando se divorciaron: "Pepe solo me dejó 4 millones de pesetas. Lo que había en el banco se lo llevó, se llevó todo".
A lo largo de su vida, la inigualable artista realizó una serie de inversiones inmobiliarias. También durante su matrimonio con Sancho se hizo con un ático en la Gran Vía madrileña y con un chalet en la urbanización de El Bosque, a las afueras de la capital. Sin embargo, las vendió tras divorciarse del actor, por lo que su única propiedad hasta el día de hoy ha sido la casa gaditana de Chiclana de la Frontera.

La cantante soñó desde niña con convertirse en una artista flamenca. Comenzó limpiando casas hasta convertirse en la cantante que quería ser. Fue una valiente en denunciar públicamente los malostratos recibidos por Sancho. Fruto de aquella relación nació Alejandro, que siempre apoyó a su madre.

Alejandro se ha mostrado muy entero y respetuoso con los medios desde este jueves, cuando se instaló la capilla ardiente en el Ayuntamiento de Sevilla. Previsiblemente él será su heredero universal. También recibirá las ganancias por los derechos de autor de sus trabajos. Desde este viernes, los restos de la artista ya descansan en el cementerio de San Fernando en Sevilla. Se ha cumplido su última voluntad: la de que sus restos pasearan en coche de caballos por su querido barrio de Triana antes de descansar para siempre.
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