Hace menos de un año, María Jiménez paseaba por última vez en coche de caballos, justo como ella quería que algún día pasearan sus restos mortales por las calles de su adorada Sevilla.
Era en la edición del Sicab, la Feria del Caballo, el pasado noviembre. La artista recibía un premio, uno más, el mismo que en su día tuvieron la duquesa de Alba o la actriz norteamericana Bo Derek. A María se lo dieron sentada en la calesa. Hacía tiempo que ya no podía andar y encontraron así la fórmula de hacer posible la entrega del trofeo.
Junto a ella estaba su hijo Alejandro, al que costó convencer para aparecer en público de forma tan notoria. Siempre ha sido un chico discreto que sólo se ha pronunciado cuando se posicionó del lado de su madre cuando María denunció públicamente los malos tratos de su ex marido Pepe Sancho.
Aquel día, María Jiménez hizo un enorme esfuerzo por asistir a la clausura del Sicab como invitada de honor. Según hemos sabido ahora por los organizadores de la fiesta, estaba recibiendo un tratamiento de quimioterapia que la producía efectos secundarios, como cansancio, falta de fuerzas y malestar general. Pero allí estaba, aunque declinó asistir después a la cena de gala con la que se cerraba esta importante feria ecuestre. Fue su última salida social.

La gran artista, fallecida este jueves a los 73 años, había superado un problema del aparato digestivo, que dos años antes le produjo un coma profundo durante dos meses, que casi le cuesta la vida y redujo su movilidad. Pero lo que acabó finalmente con ella, fue el cáncer de pulmón que padecía, como hemos adelantado en primicia, aunque nunca hizo pública esta terrible dolencia.
Ella nunca se quejaba de nada, no era victimista, ni siquiera cuando recordaba el maltrato que padeció durante su matrimonio con el actor Pepe Sancho. Pero desde hace un año ya no quería aceptar ninguna de las invitaciones que recibía para asistir a celebraciones u homenajes.
Eugenia Martínez de Irujo y su marido sabían que no estaba bien
Hace sólo una semana, sus amigos Narcís Rebollo y Eugenia Martínez de Irujo fueron a buscarla para que saliera a airearse un poco almorzando fuera de casa. Según han contado en el programa Mañaneros de La 1, la hija de la duquesa de Alba, también muy amiga de María de toda la vida, y Rebollo, presidente de Universal Music, discográfica de la cantante, la encontraron débil y muy en baja forma. Al parecer la familia ya pensaba en ingresarla de un momento a otro en una clínica. Ahora descansa en paz.
La aristócrata se despide a así de su querida María: "Para mí siempre serás eterna. Me niego a pensar que te has ido. Espíritu indomable, única e irrepetible y una raza y personalidad arrolladora. Siempre contigo María Te quiero".