La hija de la infanta Cristina alcanzó la mayoría de edad el pasado lunes, 5 de junio, un día de pastel, felicitaciones y también un desprecio: el suyo hacia la novia de su padre. Iñaki Urdangarin llamó a su hija por teléfono para celebrar sus 18 años y le preguntó si podía pasarle a Ainhoa Armentia, que también quería felicitarla. La respuesta de la joven Irene fue tajante: "No".
Según Monarquía Confidencial, Irene culpa a la vasca de la separación de sus padres y no quiere saber nada de ella. Iñaki ha intentado templar la situación con mucha paciencia, pero solo ha conseguido distanciarse de su hija, que ha hecho un frente común con su madre. Aseguran que la relación entre padre e hija es tensa y muy escueta.
Urdangarin sufre con la situación. El último desprecio de su hija hacia su novia le pilló en Altea (Alicante), donde la pareja está pasando unos días de vacaciones románticas, según Mamarazzis. Les vieron cenando en un conocido restaurante del puerto, acompañados por dos escoltas. "Ainhoa le decía a Iñaki que ojalá en los restaurantes hubiera campanilla para llamar a los camareros. Se ha venido muy arriba Ainhoa", dicen.
El día 16, Iñaki viajará a Ginebra para acudir a la puesta de largo de Irene, una fiesta privada a la que acudirán buena parte de los Borbones: don Juan Carlos, doña Sofía, la infanta Elena y sus dos hijos, Froilán y Vic... Será el reencuentro entre todos ellos y el ex jugador de balonmano desde que se publicaran las famosas fotografías de Iñaki paseando por una playa de Bidart con una rubia que no era su esposa. Ainhoa, por su puesto, no está invitada.
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