Andrea Piazzolla, de 35 años, secretario, ayudante, consejero o quién sabe qué otras funciones ejerció durante muchos años junto a Gina Lollobrigida, deberá comparecer esta miércoles ante un Juzgado de Roma, acusado de delitos como abusar de una persona de edad con debilidad mental, distanciarla de su familia y entorno, y apoderarse de su patrimonio, quedándose de forma fraudulenta con bienes de la diva italiana, por valor de 12 millones de euros.
De la gran fortuna de la bellísima actriz, fallecida en enero a los 95 años, sólo queda su mansión romana del número 223 de la Via Apia Antica, valorada en unos 10 millones de euros. La propiedad en la actualidad está "secuestrada" judicialmente desde el momento que la familia tuvo conocimiento de que Piazzola intentaba venderla. El secretario vendió también joyas de la actriz por valor cuatro millones de dólares.
Bajo la nefasta influencia de Piazzolla, Lollobrigida rompió con su único hijo, Milko y con su nieto Dimitri Solfic. Este último, muy unido durante un tiempo a su abuela, vivía en una casita apartada dentro del jardín, hasta que Gina lo puso en la calle. Sin embargo, hijo y nieto tendrán derecho a una parte de la herencia de Gina, como prescribe el testamento de la actriz.
La Fiscalía había solicitado el enjuiciamiento del asistente después de que hijo y nieto, apoyados por el ex marido de Gina, el empresario catalán Javier Rigau, que está sufragando todos los gastos de abogados y procuradores.
Piazzola se enfrenta a penas de prisión de entre dos y seis años por haberse aprovechado de la debilidad psícológica de una anciana para esquilmar sus bienes. El secretario, dejó muchos rastros de operaciones bancarias y compras caras en tiendas de lujo, y presumía de su alto nivel de vida en las redes sociales.
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