En el mundo del cuore lo conocemos como el marido de la actriz Amaia Salamanca o el ex de Eugenia Martínez de Irujo, pero a nivel empresarial Rosauro Varo tiene una carrera más que consolidada. El ejecutivo de origen andaluz acaba de ser nombrado vicepresidente de Movistar Plus+ y, por tanto, deja atrás la vicepresidencia del Grupo Prisa.
Varo desciende de una importante familia de médicos de Sevilla, pero sabe lo que es buscarse la vida. A sus 17 años, con un dinero prestado a sus padres, montó su primer negocio: Motocopas, una empresa que llevaba botellas a domicilio.
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"Abrimos bares de copas porque cuando empiezas tan joven es difícil meterte en otro tipo de negocios que no conoces, pero muy pronto diversificamos", dijo hace unos años en una entrevista a ABC. Y puso sus conocimientos en práctica, tras Motocopas nació Vendedores de ilusiones, una sociedad centrada en la explotación de negocios de hostelería.

Entre emprendimientos, logró acabar la carrera de Derecho y fue labrando su futuro empresarial que llegó a su culmen con PepePhone, la empresa de telefonía que había fundado con Javier Hidalgo. En 2016, vendió su 45% a Másmovil y obtuvo 158 millones de euros.

Hoy es el presidente de Gat Inversiones, un holding que gestiona activos por más de 100 millones de euros en el sector financiero, la tecnología, el turismo, el ocio, la hostelería, las telecomunicaciones y la construcción, con el foco siempre puesto en el desarrollo de la innovación y la investigación. Fue a mediados de 2017 cuando Rosauro entró a través de GAT en la sociedad Vector a la que se le atribuyen 250 VTC en Barcelona. En abril de 2019, vendió sus 2.000 licencias de VTC a Cabify, convirtiéndose en uno de los principales accionistas de la plataforma de transporte. Finalmente, dejó el sector transportes y entró como consejero y vicepresidente del Grupo Prisa, cargo al que ahora renuncia. Varo ya fue consejero también de El Español. En mayo de 2021, se incorporó al consejo de Acciona Energía y es miembro de la junta directiva del Círculo de Empresarios del Sur de España (Cesur). Además, es miembro del consejo asesor de Telefónica España.

Al margen de su impecable currículum, los que le conocen de cerca le describen como "detallista, familiar, muy educado, inteligente y con un sentido práctico fuera de lo común". Asimismo, le bautizan como "el alma de la fiesta, tira de todo el mundo, sociable, romántico y cariñoso, muy hermético con la prensa, al contrario que con sus amigos". El empresario tiene tres hijos junto a Amaia Salamanca, Olivia, de nueve años, Nacho, de siete, y Mateo, de seis. Se conocieron hace más de diez años en una fiesta en Ibiza y, desde entonces, no se han separado.