Ni despido, ni puesto de patitas en la calle. Íñigo Onieva ha dejado por voluntad propia el Grupo Mabel, propietario de los restaurantes Totó y Tatel en Madrid, de los que son accionistas, Rafa Nadal, Enrique Iglesias o Abel Matutes hijo, entre otros.
El prometido de Tamara Falcó ejercía de relaciones públicas de los dos establecimientos del Paseo de la Castellana desde hace más de dos años y ahí siguió cuando se rompió su compromiso con la hija de Isabel Preysler, hasta que ha dejado su puesto hace pocas fechas.

Los directivos del Grupo le propusieron hacer otras funciones, además del puesto que estaba desempañando, pero según cuentan a Informalia personas cercanas a Onieva, la oferta económica no superaba demasiado su sueldo actual, a lo que se añadió que Íñigo consideraba que ya había alcanzado su techo profesional en esa empresa de restauración. Pero, al mismo tiempo, Onieva llevaba unos meses barajando crear su propia negocio, un proyecto que ya tiene muy adelantado.
Lea también: Tamara Falcó coge la sartén por el mango en Ibiza tras el despido de Íñigo Onieva
El próximo mes de enero, cuando ya será el marido de la marquesa de Griñón, Íñigo Onieva inaugurará su propio restaurante en Madrid y lo hará en solitario, sin Tamara como chef o madrina del establecimiento. Onieva ha puesto mucha ilusión en la primera empresa en la que será independiente. Por otra parte, puntualiza que su marcha del Grupo Mabel ha sido amistosa y siente mucho agradecimiento por la gente que ha confiado en él, le ha dado un trabajo donde ha aprendido mucho y se ha sentido muy apreciado. Los que han sido sus jefes, le han deseado mucha suerte.
Relacionados
- Tamara Falcó coge la sartén por el mango en Ibiza tras el despido de Íñigo Onieva
- Alessandro Lequio no da tregua a Tamara Falcó: "Es una lianta y una caprichosa"
- La reaparición de Tamara Falcó tras su reunión relámpago con Carolina Herrera en Nueva York: en Ibiza y con Porcelanosa
- Así contactó Carolina Herrera con Tamara Falcó para diseñarle el vestido de novia: la marquesa se quedó fascinada