Las deudas económicas traen por la calle de la amargura a Isabel Pantoja. A su deuda con Hacienda, sus pleitos con un empresario sevillano y sus procedimientos judiciales con Loli la Quiosquera, se suma también la deuda que mantiene con el consistorio de Fuengirola.
La deuda asciende a 135.000 euros y, por ella, puede perder hasta su restaurante, que abrió sus puertas en 2001 como restaurante y local de copas y ha pasado épocas mejores, otras peores, hasta cerrar finalmente hace unos años tras un periplo teniéndolo en alquiler. Diez minutos publica este miércoles que el ayuntamiento de la ciudad malagueña solicita la extinción de la concesión que le dieron en marzo de 1999 después de tres años de impago.

Pese a que el establecimiento está cerrado desde hace años, en febrero de este mismo año Isabel se llevó un gran disgusto cuando unos okupas asaltaron y destrozaron el local al que tanto cariño le tuvo en su día. Recibió la noticia al otro lado del charco, pues en ese momento se encontraba de gira por Estados Unidos.
El establecimiento es propiedad de su sociedad y todavía podría sacarle rendimiento, aunque si el consistorio finalmente se sale con la suya tras estos últimos años de impago, a Isabel no le quedará otra que entregar la llave para sanar la deuda. No obstante, la concesión del local aspira en marzo de 2024, cuando se cumplirán los 25 años que solicitó de explotación.
Estas noticias llegan en mitad de los preparativos de la boda de su hija, Isa Pantoja, que le dará el "sí, quiero" a Asraf Beno el próximo mes de septiembre. Con su hija ha ido limando asperezas en los últimos años, pese a que la depresión que arrastra la folclórica y los problemas con Kiko no han ayudado en absoluto.