Problemas en el paraíso. Quedan dos meses para la gran boda del año y la novia está desesperada, pero no son las flores, el menú ni el vestido lo que le quita el sueño a Tamara Falcó: es su futura suegra. Carolina Molas, madre de Iñigo Onieva, se niega a participar en la exclusiva que la marquesa de Griñón negocia con su revista de cabecera.
Es de sobra conocido que Carolina Molas no está cómoda con las cámaras. La empresaria respeta la vida y costumbres de su futura nuera pero no está dispuesta a formar parte de ese mundo, ni si quiera en los grandes acontecimientos. Ya adelantamos que fue ella quien pidió a Tamara que la petición de mano en Villameona tuviera lugar a puerta cerrada, sin prensa, un deseo al que accedió la marquesa para calmar las aguas frente a la verdadera tormenta que se le viene encima: la exclusiva de la boda.

Según La Razón, la madre de Iñigo Onieva, que es además la madrina, no quiere posar para el reportaje que Tamara negocia con la revista del saludo. La empresaria ha accedido a aparecer en alguna imagen grupal, pero se niega a ofrecer el típico posado madrina-novio o madrina-novios-Isabel Preysler que, casi seguro, exige la publicación. Tamara no quiere convertir esta desavenencia en un problema pero está empeñada en convencer a su suegra de que acceda a las pretensiones de la semanal. De momento, no lo ha conseguido.
Tamara e Iñigo se darán el "sí, quiero" el próximo 8 de julio en el palacio El Rincón, propiedad de Tamara y su hermano Manolo Falcó, que será, además, su padrino.