Almudena Cid ha hecho todo lo recomendable para olvidar a quien fuera su marido, Christian Gálvez, y su ruptura tras 15 años de relación. Después de un año de terapias, entrevistas y trabajo en el teatro, la exgimnasta ha escrito un libro personal e íntimo, con efectos curativos, Caminar sin punteras, que acaba de salir a la venta. En su recuperación también ha aportado su granito de arena el ex futbolista Gerardo Berodia, a quien todavía no confirma como novio: "Me cuesta mucho decir que ya tengo una relación", ha confesado.

No sabemos cómo se tomará Berodia estas declaraciones, pero sí que puede comprender el miedo atroz que la actriz tiene al compromiso tras lo mal que lo ha pasado: "He estado enormemente triste. Nunca pensé que me iba a encontrar en una situación de tal devastación".

La exdeportista confirma que su pena ha llegado a extremos en los que no valoraba la vida: "Era tal el dolor que sentía que, un día, camino del teatro, pensé que girando el volante de mi coche acabaría con él. Me asusté muchísimo".

Almudena se creía fuerte, porque el deporte curte en materia de superación, pero tal y como reconoce en una entrevista publicada en Hola: "El deporte me había hecho madurar de golpe, pero, evidentemente, era una inmadura en lo que respecta a las relaciones personales".

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Tanto es así, que agracece "a la vida no haber sido madre. Había algo dentro de mí que me decía que no lo fuera y acerté". Confiesa que a su matrimonio le faltó comunicación y que el tema de ser padres era tabú en su relación con Gálvez, ya que públicamente se ha dicho que él quería ser padre y ella no: "Eso me ha dolido muchísimo y no puedo hablar más".

También declina comentar si pensó en que la ruptura tuvo que ver con una tercera persona y sobre lo rápido que su exmarido hizo público su noviazgo con la presentadora Patricia Pardo. 

Antes de hablar de un nuevo amor con Gerardo, Cid reconoce que ahora se va a centrar en su trabajo, como la gira que está haciendo con la obra de teatro Ladies Football Club, y en encontrar su sitio y su hogar en la vida. Lo de enamorarse lo ve con calma: "Creo que voy a entender las relaciones de otra manera. Y no me refiero solamente a lo de priorizarme. He aprendido que hay una gran diferencia entre el sacrificio y el esfuerzo".

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