Ana Obregón no cuenta en la extraordinaria entrevista de Hola aspectos muy relevantes de todo lo relacionado con su embarazo por gestación subrogada. No dice, por ejemplo, que ya está buscando un hermano para la recién nacida Ana Lequio, aunque lo da a entender. Tampoco confiesa que buscaba un varón y que los numerosos intentos fallidos de sacar adelante la gestación se repitieron por esta razón, porque no llegaba varón. Pero sobre todo no se refiere al hecho de que Alessandro Lequio esté enfadado porque le pidió reiteradamente que no llevara a cabo el proceso y ella siguió adelante, a pesar de que le ha hecho abuelo. Tampoco habla de los diferentes criterios de interpretación del deseo de Aless de conservar esperma: ¿era para ser padre junto a su novia por si se quedaba estéril por la quimio o era como sostiene Ana para ser padre con el óvulo de una desconocida después de muerto?
Una semana después de que explotara la bomba de que Ana Obregón había sido madre a los 68 años nos llega que ha sido abuela. En realidad, todo el mundo sabía que así había sido pero casi nadie se atrevió a afirmarlo así con todas las letras, excepto Carmen Lomana, que se lo dijo a Susanna Griso.

Ahora, como muchos sabíamos que iba a ocurrir, ha sido la propia madre, o abuela, quien ha contado la historia. Pero no toda la historia. Hay varios temas por los que pasa de puntillas, aunque dando pistas, y otros a los que no se refiere.
Para empezar, durante toda la pedazo de entrevista por la que hay que felicitar de nuevo a la revista Hola, Ana Obregón repite que ella ha cumplido la voluntad de su hijo Aless, fallecido hace casi tres años: montar la fundación que lleva su nombre, sacar un libro que había comenzado el joven a escribir y tener descendencia.
Nada que objetar a un proyecto, hecho realidad, tan loable como fomentar y financiar la investigación contra el cáncer. También es hermoso que una madre finalice el libro comenzado por su hijo antes de fallecer el 13 de mayo de 2020 tras una batalla titánica.
Pero el asunto de tener una nieta es mucho más delicado. Y no por cuestionar el método utilizado ni por la edad de Ana Obregón, sino porque una cosa es que Aless Lequio quisiera tener descendencia con su novia de entonces o con otra en el futuro si hubiera sobrevivido al cáncer y otra lo que ha ocurrido.
Efectivamente, cuando el hijo de Alessadro Lequio y Ana Obregón comenzó su tratamiento, quiso preservar su capacidad reproductiva porque no es nada infrecuente que, tras duros tratamientos contra el cáncer, la infertilidad impida ser padre a quien ha pasado por ellos, aunque el paciente supere la enfermedad y pueda llevar una vida sana. Dado que tenía pareja, Aless quiso por tanto depositar su esperma en un banco para que en el futuro, si eso ocurría, pudiera llevan a cabo su deseo de ser padre. Pero sería lógico que ese deseo estuviera referido a ser padre con su mujer de entonces, con la que estaba cuando tomó aquella decisión. Esa es la otra versión de la razón por la que existe semen almacenado y conservado de Aless Lequio.
La propia Obregón lo explica así en su última exclusiva: "Cuando a mi hijo le diagnosticaron el cáncer e iba a comenzar el tratamiento de quimioterapia, los médicos le recomendaron que guardara muestras de su esperma, por si los medicamentos le afectaban en el futuro, para asegurarse de poder tener hijos", relata la madre legal y abuela biológica de la criatura. Así lo hizo. Se ha dicho que las muestras estaban conservadas en Nueva York, como dice Ana Obregón, pero hay fotografías de Aless, Lequio y su novia de entonces en el IVI de Madrid.
"Aless ya estaba muy mal y nos dijo que, si algo le ocurría, quería que supiéramos que él quería dejar descendencia en esta vida. Aunque ya no estuviera", añade Ana, si bien no tenemos de momento la versión del otro testigo, padre del fallecido y abuelo de la recién nacida Ana Lequio. "Fue la última voluntad de Aless: la de traer un hijo suyo al mundo. Y así nos lo comunicó de palabra a su padre y a mí una semana antes de fallecer", según la versión de la madre del difunto.
Es decir, sabemos que Aless Lequio tenía el deseo de conservar semen para ser padre en el futuro y usarlo si se quedaba estéril por culpa de los tratamientos. Pero es solo la madre, que alude a Alessandro Lequio como testigo (por ahora mudo), quien sostiene que ese deseo de ser padre iba más allá de serlo después de su muerte si fallecía, y no para fecundar a su novia de entonces u otra mujer en el futuro, estando vivo pero no siendo fértil. Las explicaciones de Ana son comprensibles pero aportan pocos argumentos: "Su papá ya quería que la niña estuviera aquí conmigo y que cambiara mis lágrimas de tristeza y de horror por estas lágrimas de alegría", declara en Hola.
Preguntamos por este asunto a Alfonso de la Fuente, Director del Instituto Europeo de fertilidad. "Las personas que congelan material reproductivo lo hacen con la idea de que van a sobrevivir a esa situación médica. De hecho, en la mayoría de los casos, si se produce el fallecimiento, lo que se procede es a la destrucción de este material", contesta el experto.
Dado que Alessandro Lequio no se ha pronunciado al respecto del proceso que le ha convertido en abuelo, porque el hijo que ya no tiene ha sido padre, acudimos a lo sucedido estos días para recordar lo que ha hecho el italiano desde que saltó la noticia: no ha dado, al menos públicamente, la enhorabuena a Ana; se le ha visto más bien enfadado. Y pasó de decir "lo sé todo" a "hay cosas de las que me estoy enterando ahora", además de acusar a determinadas personas de filtrar la noticia con visible enojo. Meses atrás, fue notable la ausencia de Lequio en la presentación de la fundación de su hijo junto a Ana Obregón. Entonces ya sabía lo que estaba a punto de suceder.

No todos los implicados en este asunto están de acuerdo en que Aless quisiera su semen para otro propósito que no fuera tener hijos con su pareja
La conclusión es simple. Alessandro Lequio interpretó el deseo de su hijo de otra manera: Aless quiso preservar su esperma fértil para fecundar a su mujer, su novia o su pareja en el futuro; pero no para fecundar, una vez muerto, a una donante anónima, convirtiendo a Ana Obregón en madre legal de la criatura y abuela biológica, y por tanto a su padre en abuelo. Estamos en condiciones de asegurar que no todos los implicados en este asunto están de acuerdo en que Aless quisiera su semen para otro propósito que no fuera tener hijos con su pareja y disfrutar viéndoles crecer. De hecho, nos cuentan que Lequio pidió en varias ocasiones a Ana que no llevara a cabo el proceso de gestación en las condiciones que lo ha hecho. Pero ella no quería cualquier criatura de donantes anónimos: "Ana quería un hijo de Aless", nos corroboran, y eso implica a Alessandro Lequio como abuelo.
La cuestión legal la aborda Ana en su entrevista pero, fuentes consultadas por Informalia disienten del razonamiento de la flamante abuela. "Esto se llama testamento ológrafo y se produce cuando una persona, ante dos testigos, expresa sus últimos deseos, aunque, por las circunstancias que sean, el notario no pueda estar presente en ese momento. Pero este documento existe y es legal", dice ella. No obstante, solo sabemos de un testigo, que es Ana, mientras que Lequio guarda silencio, no ha corroborado que el deseo que le transmitió su hijo fue ser padre después de morir.
Es más, sabemos que "a Ana Obregón se le solicitó que no utilizara Lequio como apellido", nos aseguran fuentes de toda solvencia. Por otra parte, cuesta creer que cuando Aless Lequio acudió al banco de semen, al IVI, acompañado de su padre y de su novia de entonces, lo hiciera con la intención de guardar semen para su madre.
En todo caso, hasta la propia Ana admite que al menos Lequio sí tiene derecho a definir su postura: "Si hay opiniones en contra, yo no aguanto ninguna, ni voy a admitir ninguna. Nada más que la de un padre o una madre que hayan enterrado un hijo. Solo ellos son los que pueden opinar y los que me pueden entender", reitera. No olvidemos que Lequio es un padre que enterró a su hijo, solo que ha vivido su dolor de otra manera.

Muchos intentos de conseguir un varón
La revista pregunta a Ana Obregón a propósito de la fecundación, el proceso de gestación y el parto. Quieren saber si ha sido fácil, si buscó un varón y si quiere volver a hacerlo. No lo cuenta todo pero da pistas: admite que le hubiera gustado un niño ("también", añade), que hubo varios intentos y no descarta volver a hacerlo, volver a ser madre-abuela. En realidad ya lo está buscando.
"En agosto me dieron la noticia de que se había producido el embarazo y me enteré de que era niña en diciembre. ¡Madre mía, qué regalo de Navidad! ¡Una niña!", dice la actriz. Después le preguntan: "¿Hubieras preferido un niño?". Ella admite que le hubiera gustado "también" niño pero por lo que cuenta es que lo intentó en repetidas ocasiones y no fue posible; al final tuvo que admitir una niña. Cuando le preguntan si se puede, en estos casos, elegir si es niño o es niña, contesta así: "No, porque hay una donante de óvulos y lo que toca, toca", pero podemos contar que lo intentó en varias ocasiones. Más de diez.
A por más
La propia Obregón admite que el embarazo "no se produjo al primer intento, ni mucho menos; han sido varias veces y cada vez que no salía me llevaba un disgusto horrible y a empezar de nuevo. Ha sido una batalla, un largo camino", explica. Pero lo que no cuenta es que buscaba un varón y por eso empezaba de nuevo, hasta que lo vio imposible.
Lo más fuerte no es eso. Cuando le preguntan si volvería a repetir contesta así: "¿Quién sabe? Mi hijo quería tener cinco hijos, así que a lo mejor el niño también llega algún día", toda una declaración de intenciones. "¿De verdad, volverías a hacerlo?" le repreguntan: "¿Quién sabe?, mi hijo quería tener cinco hijos, así que a lo mejor el niño también llega algún día". Repetimos: "A lo mejor el niño llega algún día", dice. Para luego añadir de nuevo: "Puede ser, puede ser".
No es que pueda ser, es que, según nuestras fuentes, ya está en el proceso de traerle un hermanito a Ana Lequio, porque no quiere que se lleven mucho y porque "quiere un varón", nos dicen. Podemos añadir además que el nuevo proceso no es en Miami.
Para hallar explicación más allá de las palabras de Ana y tratar de entender su cerebro y su corazón, hay simplemente que leer lo que ella dice: "Ahora es mi obligación estar feliz para ella y, además, mi estabilidad emocional, ahora mismo, depende de ver crecer feliz a esta niña", confiesa. "Yo lo que siento cuando la abrazo es como que abrazo a mi hijo, porque en el fondo estoy abrazando a mi hijo. Es lo único que me queda vivo de él", dice emocionada. "Va a dormir en el cuarto de su papá, de Aless. Es un cuarto en el que no he tocado nada todavía, porque no me siento capaz. Iba a hacerle un cuartito aparte, pero le dije: Vas a dormir con tu papá, que te va a cuidar como un ángel por las noches". Buenas noches.