La actualidad pasaba esta semana en España y también fuera de nuestras fronteras por la exclusiva de Ana Obregón, fotografiada junto a su hija a las puertas del hospital de Miami. Casi no se habla de otra cosa en la calle, en el Congreso y por supuesto en los medios de comunicación. La opinión pública ha sido zarandeada como en pocas ocasiones por una noticia que casi nadie nos esperábamos: la maternidad de la actriz por gestación subrogada a sus 68 años.

Después de la bomba nos inundaron los debates, las especulaciones y las opiniones. A un extremo, los críticos contra los vientres de alquiler, una práctica prohibida en nuestro país pero legal en otros territorios, lo cual deja una rendija para las personas que se puedan permitir costear este método de reproducción. A otro, el respeto por la libertad de Ana Obregón de llevar a cabo su deseo y parece que el de su hijo Aless, fallecido hace tres años. Una tragedia que nunca superará. Pero al menos se ha visto consolada ahora con la llegada de una criatura que, según avanzábamos en este portal, se llama Ana Lequio Obregón. 

La felicidad de Ana Obregón expresada en la histórica portada de Hola, y en la propias palabras de la actriz, está enfrentada para muchos articulistas, columnistas y detractores de la gestación subrogada a las gestantes de alquiler. Se habla desde el Gobierno de violencia contra las mujeres. La posición resume de algún modo el mundo en que vivimos: unos pocos pueden comprar lo que quieran mientras que otros necesitan vender lo que puedan. Esa triste realidad es la que ha cuestionado la decisión de la presentadora. 

Porque, no lo olvidemos, hay un componente mercantilista en los vientres de alquiler. Un precio que pagan los padres y otro que cobran las gestantes que prestan su cuerpo para concebir una criatura que llevan dentro durante nueve meses pero que no será suya. Por el camino, los intermediarios también se llevan un pastel, suficiente para que fructíferas empresas encargadas de sacar adelante estos procesos después de poner en contacto a las partes.

Pero en este caso, ante la fama arrolladora de Ana Obregón, hay otro precio por el que muchos se preguntan: el de la exclusiva de la que todo el mundo habla y las que vendrán, según algunos periodistas, mucho más alto que el que haya podido pagar la bióloga. "Esa exclusiva da para muchas gestaciones subrogadas", decía hace días en su programa Susanna Griso. 

"Si ella no hubiese querido que eso se hiciera, no se hubiese hecho

Este domingo, otro experto, paparazzo desde hace décadas, propietario de una agencia y marido de otra contertulia y gran experta como es Marisa Martín Blázquez, se mojaba en el programa de Toñi Moreno en TVE. Antonio Montero habló de la exclusiva en estos términos: "Si ella no hubiese querido que eso se hiciera, no se hubiese hecho. Ana está controlado absolutamente todo. He felicitado a mis compañeros, porque es una exclusiva de un nivel, me parece espectacular", decía el reportero en referencia a Gtres y Hola, agencia y semanario, respectivamente, que han publicado la exclusiva. 

Preguntado por cuánto habría pedido por este reportaje, Antonio Montero eleva la cifra: "Yo le habría pedido un millón de euros. Es una noticia que ha dado la vuelta al mundo, y Hola es imposible que se quedase sin eso", decía. Pero la historia no ha hecho más que empezar y en los próximos días vamos a ver más reportajes y más exclusivas. Vamos a saber todo lo que Ana Obregón nos quiera contar en la portada de una revista. Vamos a ver la portada, vamos a ver a la niña, y vamos a ver la historia contada en primera persona por la persona que puede contarla.

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