El 23 de junio de 1992 llegó al mundo Aless Lequio, a quien vemos arriba abrazado por su joven madre, quien no había cumplido los 40. Su padre acababa de hacer 31. Eran las celebridades del momento y se hablaba casi tanto de ellos como de los Juegos Olímpicos de Barcelona o de la exposición Universal de Sevilla. Los paparazzi hacían guardia a Ana Obregón casi las 24 horas del día, siete días a la semana, lo cual generó tensiones durante mucho tiempo entre la actriz y la prensa. Para colmo, la tormentosa separación del aristócrata italiano de su primera mujer, Antonia Dell Atte, madre de su hijo, Clemente, añadía picante al culebrón que marcaba la crónica rosa.
La bióloga, poco después de ser madre, comenzó a presentar ¡Qué apostamos! en TVE junto a Ramón García, con audiencias de millones de espectadores, lo cual la hacía aún más popular, objeto de deseo de los reporteros. No podía salir de casa o ir a trabajar sin llevar tras de sí nubes de fotógrafos. Pero contaba con la ayuda de su hijo para librarse de ello.
Álex, con apenas dos años, estaba allí para proteger a su madre de los flashes y las preguntas: llegó a morder los micrófonos de los reporteros. Las travesuras de Álex Lequio se hicieron famosas y los programas y las revistas recogían esas escenas del niño como parte del botín conseguido por los reporteros tras horas de guardias y persecuciones. Por entonces, la protección de los menores no se llevaba a rajatabla, no habían llegado los píxels impuestos en la actualidad.
La historia se repite ahora, esperemos que con más prudencia, porque, según nos informan desde Miami, Ana Obregón ha salido ya a pasear con su hija y ha sido fotografiada junto a la pequeña Ana Lequio Obregón, el nombre completo con el que la actriz ha inscrito a su hija, tal y como adelantábamos en primicia.
No sería de extrañar por tanto que este miércoles veamos el primer paseo de madre e hija por la soleada Miami, una ciudad en la que se acotan las horas mucho por la temperatura y la elevada humedad relativa del aire. esos horarios tan concretos hacen que los paseos tengan que ser en momentos muy concretos, fáciles de adivinar por parte de los paparazzi de las agencias que han desplegado allí a sus equipos.
Salir a hacer trámites legales y ser captada por los paparazzi
Ana Obregón cuenta, como ya adelantamos, con ayuda de una profesional en el apartamento con vistas al mar en que se ha instalado pero no ha tenido más remedio que salir en persona para rematar los asuntos legales y otros flecos que resolver tras ser madre. Esos trámites continuarán a su llegada a España si quiere regularizar la inscripción de la niña nacida en Miami. Recordemos que los vientres de alquiler en España no tienen validez y por tanto el contrato que haya firmado Ana con la madre gestante es nulo aquí.
La gestación subrogada, como se denomina en EEUU a los vientres de alquiler, es legal en algunos estados, pero eso no significa que sea un proceso sencillo. Además de la evaluación de la persona que pretende asumir la maternidad o paternidad, es necesario ser asesorado por abogados o acudir a notarios. Eso sin tener en cuenta todo lo relativo a los aspectos estrictamente sanitarios. A falta de conocer detalles concretos del proceso reproductivo, se apunta a que se trata de una gestación de doble donante, una práctica que solo algunos estados permiten y uno de ellos es Florida.
Como ya adelantábamos el pasado martes, cuando saltó la noticia, una persona española que se convierta en padre o madre con un vientre de alquiler en un país donde el proceso está legalizado infringe ninguna ley en España porque está realizando un proceso en un país extranjero y se aplica la legislación del lugar de nacimiento del bebé.
En EEUU la madre gestante no es la madre, y un contrato firmado entre las partes así lo determina, renunciado por escrito a la filiación del bebé que ha llevado en sus entrañas por un acuerdo bilateral y completamente legal.
Pero en España la madre es la gestante y los padres no tienen más remedio que iniciar en España un proceso judicial para lograr esa filiación porque, aunque ese bebé sea hijo o hija de un español, la ley española no lo reconoce como español, ni siquiera si es hijo biológico.
De ahí los papeleos: en Florida se permite el doble donante en la gestación subrogada pero después debe haber una sentencia judicial que determine la filiación de ese hijo con los contratantes. Solo con la sentencia en la mano Ana Obregón podrá inscribir a su hija en España.