La muerte de Laura Valenzuela no solo dejó desolado al mundo del espectáculo y de la televisión, especialmente dejó un vacío imposible de llenar a su hija, Lara Dibildos, y todos sus seres queridos. La actriz y presentadora, dos semanas después de la muerte de su progenitora, se sentó en el Deluxe este viernes y sobrecogió con su testimonio: "Mi madre ha sido la gran compañera de mi vida", señaló.

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La carismática presentadora, pionera de la televisión, murió a los 92 años tras varios ingresos hospitalarios: "Es duro, pero llega un momento en el que necesitaba descansar. Era peleona, tenía una fuerza tremenda. Ha tenido una calidad de vida tremenda y ya era el momento de decir que si no iba a tener esa misma calidad de vida", explicó Lara. Los hijos de Dibildos, Fran (24)  y Alvarito (16), se despidieron de su abuela un mes antes de su partida, en el hospital. No pudieron regresar de Estados Unidos, donde viven, cuando la presentadora murió. "Su alegría no era sólo yo, también sus nietos", añadió Lara.

Sobre su muerte, trascendió a los medios que Laura sufrió Alzheimer. Su amiga Mayra González Kemp lo confesó. Dibildos dijo al respecto: "Era el momento. Nos conocía hasta el final. A mí y a sus nietos y a la gente que estábamos con ella".

Dibildos, rota en llanto y secándose las lágrimas con un clínex, habló de sus últimos momentos junto a su madre en el hospital: "No callé. Debía pensar que qué pesada es mi hija. La hablé. No sabes. Te dicen que escuchan, pero todo cosas bonitas, con amor. Hemos estado juntas hasta el final".

Lara también dejó un desgarrador testimonio sobre el paso del tiempo y sobre cómo lo aprovechamos con nuestros seres queridos: "He tenido que trabajar mucho, me he encerrado mucho a escribir y estando en la misma casa yo estaba encerrada. A lo mejor podría haber aprovechado el tiempo con ella. A veces, siento no haber pasado mas tiempo con mi madre".

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A raíz de la pandemia recuperaron el tiempo perdido al vivir juntas de nuevo: "Su alegría eran sus nietos. Cuando me iba de viaje y volvía tenía una alegría (…) Comíamos juntas, desayunábamos juntas. Ella descansaba mucho (…) Hemos tenido muchísimos momentos. Después de la pandemia ya nos instalamos en su casa de toda la vida".

También recordó algunos de los peores momentos de su vida, cuando en 1991, cuando apenas tenía 20 años, le diagnosticaron cáncer de tiroides y cuando a su madre le diagnosticaron cáncer de mama. La presentadora lo superó en 2005, con 74 años: "Cuando estuve enferma de cáncer, mi padre no pudo venir, alguien tenía que trabajar, y fue ella la que me acompañó a Houston. Luego ella tuvo un cáncer de mama y también fuimos dos".

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