La tensión entre ambas es tan extrema que a Antonio David Flores (47) no le ha quedado más remedio que poner orden entre su hermana, María Auxiliadora, y su novia Marta Riesco. Les ha pedido a las dos que limen asperezas e intenten llevar una relación marcada, al menos por el respeto.
La primera demuestra su animadversión hacia su cuñada defendiendo las posturas de los detractores de la periodista, como ocurrió hace unos días cuando se puso del lado de un tal Carisman, que es uno de los mayores críticos de la ex empleada de la productora de Ana Rosa Quintana en las redes sociales.
La reacción de Riesco fue inmediata. Le pidió a su novio que intercediera ante María Auxiliadora para intentar un acercamiento con ella. Pero no solamente es la hermana de Antonio la que niega el pan y la sal a la reportera. Otros familiares del ex guardia civil tampoco la aceptan, tal y como avanzamos. Flores lo pasa mal porque se encuentra entre la espada y la pared, en medio de la trifulca. No se esperaba el rechazo.
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Solo su hija Rocío Flores mantiene una relación cordial con Marta. Su unión con la ex de su padre, Olga, se rompió definitivamente hace meses. Eran uña y carne, ahora están completamente distanciadas. Ni se quieren ni se llaman. Ro ha tomado partido por la periodista de 35 años, doce más joven que la segunda mujer de Antonio David.
La relación entre los Flores y Olga Moreno dio un paso atrás desde que Olga sale con Agustín Etienne, su representante, el mismo que antes llevaba a Antonio y a Rocío y en su día a Belén Esteban. Un giro de ciento ochenta grados. Existe un cierto respeto, sí, porque la sevillana y el malagueño tienen una hija en común, pero se acabó el buen rollo de antaño. En este sentido, la víctima colateral de tales desencuentros puede ser precisamente la pequeña Lola.