Joana Sanz regresó este domingo a la cárcel de Brians 2 para visitar a su todavía marido, Dani Alves. Era la primera vez que se veían las caras desde que la modelo anunciara su separación el pasado 15 de marzo con una desgarradora carta.

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Carlos Quílez aseguró en las últimas horas que la canaria se habría reunido con el futbolista brasileño para hablar de los términos económicos de su divorcio. A pesar de que no tienen hijos en común, el periodista explicó que sí compartirían propiedades y negocios a los que ninguno estaría dispuesto a renunciar.

La propia Joana ha desmentido dicha información este martes a través de la periodista Leticia Requejo en El programa de Ana Rosa. Ha asegurado que simplemente acudió a prisión "para saber cómo está ya que es una situación muy complicada". Algo que, como ha adelantado, seguirá haciendo siempre que pueda para preocuparse por él: "No ha habido ninguna discusión", ha recalcado.

En este sentido, ha aclarado: "No tenemos absolutamente nada que hablar de dinero porque tenemos separación de bienes y no tenemos nada en común". Al mismo tiempo, ha explicado que no quiere nada suyo: "Nunca he necesitado nada de él. Nunca he querido dejar mi trabajo para yo vivir del suyo. Siempre hemos tenido nuestras cosas". 

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Aunque ha insistiendo en que "nunca" ha dependido de él "económicamente", sí ha reconocido que hablaron de dinero cuando estalló el escándalo. Así las cosas, le pidió al ex jugador del Barça que gestionase, a través de su abogado, un apartamento en París, donde tenía que cumplir con un compromiso profesional. Por último, sobre la acusación de violación por la que está siendo investigado, Joana ha dicho: "Yo no lo voy a juzgar, para eso está la justicia".

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