Isabel Pantoja disfrutó de lo lindo en el baile de la rosa de Mónaco, donde cumplió con una de sus aspiraciones, conocer y cantar a dúo con Shirley Bassey, pero quizá no con su sueño de conocer personalmente a Carolina de Mónaco, a la que persiguió después de la cena hasta la salida cuando la princesa abandonaba el recinto del Sporting Monte-Carlo.
Tal y como ha desvelado el programa Socialité, que contaba con alguien infiltrado en la fiesta más emblemática del principado, nuestra popular folclórica protagonizó un momento muy especial cuando cumplió uno de sus sueños: cantar con Shirley Bassey.
Las dos artistas improvisaron a capela el famoso tema de Luis Miguel Bésame mucho. Un acontecimiento histórico donde dos grandes de la música se unieron y protagonizaron uno de los momentazos más comentados de la noche.

Sentada en la misma mesa que la intérprete británica, Isabel Pantoja se mostró feliz y sonriente con todo el mundo que se acercaba a ella. "A ella le llamaba la atención que quería dar dos besos en la cara, y todo el mundo lo evitaba y se lanzaba besitos con la mano. Le explicaron que hay una epidemia de gripe en Mónaco y por intentar evitar los contagios", han comentado en el programa de Mediaset.
El otro gran momento de Pantoja fue el arrojo con el que no cesó en su empeño de conocer a la princesa Carolina de Mónaco, ya que se sentía muy identificada con ella por haber sufrido las "mismas" tragedias en su vida. Aunque la cantante y la princesa compartieron cena a escasos metros, Isabel intentó a la carrera y por todos los medios encontrarse con la hija mayor de Grace Kelly, aunque, por el momento, no se sabe si lo consiquió.
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La tonadillera, mientras lo pasaba bien al lado de su hermano, Agustín Pantoja, "que ha estado supersimpático. Los dos bailaron, disfrutaron", según las filtraciones, no dejó de estar pendiente de la princesa Caraolina, a la cual no quitaba el ojo de encima.

"En un determinado de la noche, Isabel mira y se da cuenta que Carolina se levanta para marcharse. Entonces, ella, corriendo, aprovecha la ocasión. Acompañada de su traductor, va detrás de ella", han asegurado quienes estuvieron observando los acontecimientos de la fiesta.
Al parecer, Pantoja estuvo en el baile hasta pasadas las dos de la madrugada, y abandonó el lugar como una cenicienta para dirigire a su hotel muy sonriente y satisfecha, tras haber vivido una noche de ensueño que hasta hace muy poco tiempo, tras sufrir un encarcelamiento, casi la ruina y decenas de problemas y desavenencias personales con sus familiares, jamás hubiese imaginado.

La artista lució un vestido de la diseñadora Isabel Sanchís, de la colección Primavera-Verano 2023 en el que predominaba el color fucsia con un estampado floral con un exagerado estilismo con dos grandes flores, una en el hombro en izquierdo y, la otra, en la manga derecha. Las dimensiones de las flores no le impidieron disfrutar del baile y volar hacia la salida para localizar a la princesa a la que soñaba con conocer. Pronto se sabrá si, finalmente, consiguió su propósito.
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