Netflix sabe que la segunda temporda de Soy Georgina va a reventar sus audiencias, porque la mujer de Cristiano Ronaldo no tiende desperdicio. Georgina Rodríguez muestra en esta segunda temporada de su reality más ejemplos de la incongruencia de su vida de lujo y escesos económicos que contrastan con su origen humilde, del que también hace gala, lo que termina más bien ridiculizándola. La influencer muestra en el documental cómo es capaz de gastarse 27.500 euros en una mañana de compras sin remordimiento de conciencia alguno: "Me llevé media tienda", comenta.
La mujer del futbolista portugués deja ver en la nueva temporada del reality sobre su día a día cómo acude de compras, acompañada por sus amigas, conocidas ya por los seguidores de la docuserie como las "queridas", a una tienda de una de las zonas más comerciales de Cerdeña, durante unas vacaciones en la isla francesa.

Durante esa mañana, Georgina despliega toda su pasión por la moda, los complementos y las joyas de las firmas más exclusivas. La modelo nacida en Argentina entra en la tienda y comienza a mirar todos los expositores, muestra que le gusta todo y comenta "ya empiezo". Su amiga y confidente, Mamen Morales, explica que "cuando ella va de compras es que no hay límite. Puede tener todo lo que quiera".

Mientras la influencer criada en Jaca coge prendas y más prendas que le gustan, otro amigo, Iván García, aclara: "O no compra nada o lo compra todo, no tiene término medio. Últimamente está tan guapa... todo le queda bien".
Mamen Morales apostilla que Georgina "no se prueba la ropa, no le da la gana. ¿Le gusta la ropa? Pues se la compra. Luego en casa a lo mejor le queda bien o no, pero tiene una potra… Lo que se compra es que encima le queda bien".
La también bailarina se fija, entre otros conjuntos de ropa, en un chándal de color gris hecho de cashmere con el módico precio de 7.000 euros que finalmente no se compra, porque ¡no le encajaba el precio! Su amigo Iván reconoce que la influencer estuvo todas las vacaciones acórdándose del conjunto porque, tal y como reconoce Georgina, "amo los chándals sobre todas las cosas y creo que es la pieza que más uso".
La modelo revisa la tienda entera, coje un buen número de prendas y complementos, incluso algunos para Cristinao Ronaldo, y al acudir a caja para pagar comenta lo que muchos ciudadanos nos pasa cuando vamos de compras, que al final uno se lía y adquiere más de lo que necesita: "Fui a comprar un modelito para la playa y, al final, me llevé media tienda... Que me digan ahora cuánto es la broma", provocando una divertida porra entre sus acompañantes.

El documental muestra una imagen de la cuenta total: 27.515 euros, y que es una de sus mejores amigas, Elena Pina, la que más cerca de la cifra ha estado en su apuesta. No obtante, según comenta Iván, le ha salido más barato de lo que Georgina esperaba. Finalmente desvela que la influencer devolvió algunas prendas, por lo que el gasto se quedó realmente en 23.000 euros. Básicamente, el sueldo de un año de cualquier español normal.
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