Después de dos intensas semanas de promoción, la segunda temporada del reality Soy Georgina en Netflix se ha estrenado este viernes. Seis capítulos en los que la novia de Cristiano Ronaldo vuelve a mostrar sus viajes, su jornadas de shopping, su papel como madre de cinco niños y mucho más. El primero de ellos se centra en las obras de su casa madrileña, a la que viajaba personalmente desde Manchester para supervisarlo todo: "Quiero tener la última palabra".
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La vivienda no cubría las necesidades de una familia numerosa y Georgina se ha encargado de todo: "Decido reformar la casa familiar porque no estaba para nada hecha al tipo de familia que somos y no estaba hecha por nosotros". Pero lo más sorprendente es el requisito que ha exigido ella para uno de los baños, concretamente el suyo: "En mi baño sí que quiero un bidé para el baño polaco y para el 'checo, checo, checo, checo".
Para quien no lo sepa, el 'baño polaco' es la expresión coloquial que hace referencia a lavarse únicamente axilas y las partes más íntimas; y no es la primera vez que Georgina habla de este tipo de higiene. Lo hizo durante la primera temporada de su reality y entonces ya consiguió que la expresión subiera al ranking de Trending Topic y se abriera el debate: ¿es una guarrería el 'baño polaco' (culo y sobaco)?
Pues al parecer, no lo es. Una investigación de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, afirmó en 2018 que bañarse todos los días no es bueno, ya que esto genera que la piel pierda sus aceites naturales y aumenta la resequedad en la dermis. Este mismo estudio determinó que, según la ciencia, lo ideal era tomar baños entre una o dos veces a la semana, aunque se debe mantener la frecuencia con la que se lavan las manos y zonas del cuerpo más sensibles.