La mala racha de Chelo García Cortés no tiene pinta de mejorar. No le ha funcionado el tratamiento para la rigidez articular (artrolisis) que probó para evitar la operación de cadera a la que finalmente tendrá que someterse el próximo miércoles. No quería volver a pasar por quirófano pero desgraciadamente no tendrá más remedio.
Sus compañeros de Sálvame la despidieron hace días deseándole lo mejor. La cosa es seria. A la periodista orensana, de 71 años, la tienen que sustituir su hueso de la cadera por una prótesis de titanio y, tras la intervención, tendrá que enfrentarse a duras sesiones de rehabilitación que la mantendrán apartada de su trabajo entre dos y cuatro meses. No tiene claro que pueda volver.
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Pero lo que realmente tiene preocupada a la ex mujer de José Manuel Parada es otra cosa. Por los pasillos de Telecinco se extiende como la marabunta un rumor que devora los nervios de quienes viven de Sálvame. No cesan comentarios que sitúan el final del programa cuando llegue el verano, en pocos meses.

No se ha confirmado que el magacín que presentan Jorge Javier Vázquez o María Patiño, entre otros, tenga los días contados pero la mera sospecha de el espacio que la da de comer pueda cerrar tiene a Chelo tan nerviosa que no puede ni dormir.
La que fuera amiga del alma de Bárbara Rey arrastra desde 2019 una importante deuda con Hacienda y, a pesar de que podría estar ya jubilada a su edad, no se puede permitir estar sin trabajar. Bien es cierto que durante estos dos años y medio ha tapado buena parte de su agujero, pero aún no la ha podido liquidar. Necesita facturar una cantidad importante de dinero para vivir.
En 2019 se publicó que debía alrededor de 1,4 millones de euros y que, gracias a su participación en Supervivientes, pudo reducirla en un 30%. Desde entonces, todos los meses le descuentan el 70% de su nómina de Mediaset, lo que le ha hecho pasar en ocasiones verdaderas estrecheces. Su mujer, Marta Roca Carbonell, no trabaja desde hace mucho tiempo y por lo tanto no tiene ingresos para poder ayudar en la economía familiar por lo que nos cuentan que Chelo está hundida.
En el mejor de los casos, va estar una larga temporada convaleciente, y va a ser difícil que pueda pisar un plató, lo que puede suponer tener ingresos menos ingresos, algo que a ella la tiene en vilo. Por eso les ha dicho a sus más allegados y a sus jefes de La Fábrica de la Tele que en cuanto pueda andar vuelve aunque sea arrastras. "No hay que descartar que incluso vuelva antes de tiempo en silla de ruedas. Es Sálvame, allí no chirría que la gente vaya en silla de ruedas a trabajar. Y ella necesita trabajar y facturar. Teme que en tres meses el programa esté finiquitado y quiere aprovecharlos", nos explican. "Es mucho dinero y con todo lo que ha ganado y trabajado Chelo en su vida se merecía una jubilación tranquila, sin agobios, pero todavía debe mucho", nos confirman.
El gran drama de Chelo
Chelo se cayó durante uno de los programas especiales que hacía La Fábrica de la Tele cuando todo les empezaba a ir mal de audiencia, concretamente en el Sálvame Fashion Week, que tuvo lugar en mayo de 2022. Entonces, se supo que se había roto el radio y tuvo que ser operada de urgencia, pero lo que hemos sabido después es que en aquel momento la periodista también se lesionó la cadera, un problema que lleva arrastrando desde entonces y que ha intentando solucionar con diferentes tratamientos precisamente para no tener que ser operada y estar varios meses sin trabajar. Y ese es el gran drama de Chelo.
La periodista nunca ha ocultado que vive un momento delicado por sus problemas económicos. De hecho, en más de una ocasión se ha hundido cuando se lo han mencionado. "Llevo más de ocho años sin irme de vacaciones porque no puedo irme. Yo no soy de pagar a plazos pero, como vivo la playa, pues he podido pisar la arena. Yo siempre me iba en octubre, noviembre, pero desde hace mucho no puedo irme y no me voy", ha contado entre lágrimas. También se la ha cuestionado por pedir dinero a algún que otro amigo que luego la ha traicionado.