Los mensajes velados, las indirectas más directas, los guiños que lanza Anabel Pantoja a Omar Sánchez, el hombre al que juró amor eterno el día de su boda en las Canarias, y esa eternidad se resumió en apenas pocos meses, caen en saco roto.

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En el entorno de la sobrina de Isabel Pantoja se preguntan si la ex novia de Yulen intenta ahora reconciliarse con Omar, rectificando así comportamientos pasados.

Intención vana, empresa imposible, porque el canario ya dejó muy claro que ha pasado página con Anabel y no piensa romper con su actual novia, Marina Ruiz, con la que vive momentos de gran felicidad.

Lo pregona ante todo el que quiere escucharle, tiene muy claro que no hay marcha atrás, en el fondo sigue dolido por la huida de la influencer, que le dejó compuesto y sin esposa de un día para otro. Todavía no comprende esa actitud.

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Lo de Yulen es otra historia. Ahora es Anabel la abandonada, y aunque la vemos últimamente dale que te dale en fiestas y conciertos, María, una de sus amigas, nos desvela un detalle: "Para ella, la actitud de Yulen supone una humillación, no está acostumbrada a que la dejen plantada. Y se arrepiente de haber roto con Omar, porque se ha dado cuenta de que es un hombre que merece mucho la pena. Si pudiera cambiar decisiones erróneas del pasado, una de ellas sería la separación de su marido. Se equivocó totalmente. Se embarcó en la aventura sentimental con Yulen y mira lo mal que ha terminado. El problema es que le duele estar sola. Mucha fiesta y mucha juerga, pero le cuesta vivir sin pareja". La imagen de mujer libre, independiente, divertida, esconde sus deficiencias.

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