A su regreso de Estados Unidos a comienzos de este mes, la felicidad que Anabel Pantoja sentía por haber acompañado a su tía Isabel en su gira americana se esfumó rápidamente. Nada más pisar suelo español rompió con Yulen Pereira. El amor, como diría Joaquín Sabina, les duró "lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks". Se conocieron el año pasado en Supervivientes, se fueron a vivir juntos en noviembre y ya todo ha quedado en pasado.

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Algo más recompuesta del drama, la pantojita chica reapareció esta semana en un evento madrileño. En petit comité, dijo a Semana: "Estoy bien y tengo que estar bien. Son unos cambios que hay que pasar, porque la vida es así. Esto no es un problema, los problemas están en los hospitales y en asuntos más agraves de los que me han pasado a mí". También confesó ante los medios.  

El culebrón

Estas palabras de Anabel se publican un día después de las declaraciones ofrecidas por Yulen en Sálvame, el programa donde ella trabajó: "No te voy a contar lo que ha sucedido (...) Pero ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos", le dijo a Pipi Estrada.

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En Fiesta, el pasado fin de semana Anabel ya le quitó hierro al asunto desmintiendo que entre los dos haya 'interferido' otra persona: "No creo que haya que buscar burlas, terceras personas o planes planificados. La vida es así y hay que asumirla como viene". Y añadió: "Yulen y yo nos queremos, nos respetamos y será así siempre". Ante los medios también explicó: "No puedo estar llorando por alguien que decidió marcharse". 

Mientras asume y acepta lo que viene, Anabel tiene que hacer frente al alquiler del piso que alquilaron juntos en Madrid, en el barrio de Delicias, a un paso de Atocha. 

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