La vida de Junko Takahashi, viuda de Bernardo Pantoja, está marcada por la soledad y el desconsuelo. Meses después de la muerte de su marido apenas sale de casa si no es para hacer la compra o quedar con alguna de sus pocas amigas.

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Ni tan siquiera la visita el presunto hijo de su esposo, Luis Manuel, más conocido como Pinocho. La japonesa lo desvela claramente: "No le veo desde hace tiempo", desmintiendo así la afirmación que hizo ese hombre de que estaba en contacto con ella y la veía todas las semanas.

Una persona del entorno de Takahashi habla con Informalia: "Pinocho desapareció de la vida de Junko a los pocos días de morir Bernardo, en este aspecto se esta comportando muy mal con ella", nos dice.

De hecho, Luis no se ha dignado a contar a la nipona afincada en España que está dispuesto a presentar una demanda de paternidad para demostrar que es hijo biológico de Bernardo Pantoja.

Junko lo confirma: "De eso no sé nada", como tampoco tiene constancia de que su marido le "dijera a Pinocho que era su padre".

Se refiere a unas declaraciones del presunto en las que lo afirmaba: "Bernardo me dijo que le llamara papá, y que luchara para conseguir el apellido Pantoja. El mismo me contó que soy su hijo. Y mi madre me lo confirmó después".

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Pero ni la hija del fallecido, Anabel, ni su primo Kiko, con los que Luis, según el mismo recuerda, formó pandilla, quieren saber nada de él. Este pasado fin de semana le preguntaron al DJ por Pinocho y se negó a contestar, y Anabel se enfurece cada vez que los reporteros le hablan de su presunto hermano.

En cuanto a por qué le llaman Pinocho, el mote se lo pusieron sus amigos por el tamaño de su miembro viril, y no porque le pillaran contando demasiadas mentiras.

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