La mujer de Dani Alves se ha refugiado en el trabajo para evadirse de la triste situación que atraviesa desde hace un par de meses cuando, tras la muerte de su madre, su marido fue encarcelado en prisión preventiva, acusado de violar a una mujer en la discoteca Sutton de Barcelona el 30 de diciembre. Este martes, Joana Sanz se convirtió en la flamante imagen de una conocida marca de cremas y concedió una entrevista pública en la que tuvo que contener las lágrimas.
La modelo conversó con el doctor Gabriel Serrano y admitió que el trabajo está siendo su tabla de salvación estas semanas: "Todo lo que tenga que ver con mi trabajo me hace feliz y me siento afortunada por poder seguir adelante", dijo. El doctor, que la escuchaba atentamente, le aconsejó: "La vida te tira muchas veces, pero después de las tristezas vienen las alegrías, ya verás". Ella, emocionada, respondió: "En mi caso es una situación complicada... Mejor que sean profesionales las alegrías".

El entorno de Joana asegura que la modelo canaria ya se encuentra más tranquila, arropada por sus amigas y compañeras. No ha vuelto a visitar a Alves en la cárcel Brians II de Barcelona desde aquella primera vez, el 6 de febrero, cuando aseguró que no entraba en sus planes solicitar el divorcio del futbolista imputado: "No le voy a dejar solo en el peor momento de su vida".
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