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Laura Boyer quería ser enterrada junto a su padre pero no pudo ser: el papel de Isabel Preysler y su hija Ana

Laura Boyer, hija del ex ministro Miguel Boyer, fallecida el pasado jueves, fue enterrada en el cementerio de Irún, donde reposan los restos de algunos de sus familiares paternos, como Agustín Boyer, conocido por su talento como pintor, que era padrino de su sobrina.

Laura falleció en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, dos años y medio después de que le fuera diagnosticado un linfoma de Hodgkin. Después de un durísimo tratamiento con radio y quimioterapia, Laura decidió dejar la medicación y afrontar su final con serenidad, pero tuvo tiempo de despedirse de sus cuatro hijos, muy pendientes de ella todo el tiempo, y de decidir que quería ser enterrada en el cementerio de San Isidro, junto a su padre, fallecido en 2014.

Pero su último deseo no fue posible. Tras algunas llamadas infructuosas de la familia Boyer-Arnedo a Isabel Preysler, la segunda esposa del que fuera ministro de Economía de Felipe González habló por fin con los parientes de Laura, que percibieron "ciertas dificultades" por parte de la filipina para llevar a cabo los deseos de la hija mayor de Elena Arnedo y Miguel Boyer, según comentan desde el entorno de la familia de la fallecida. 

Finalmente, Preysler accedió. Pero a esas alturas los Boyer ya prefirieron llevarse los restos de Laura al cementerio de Irún, donde reposan otros familiares. Al tanatorio madrileño, donde se reunieron familia y amigos para darle su último adiós, no acudió Ana Boyer, la hermana menor de Laura por parte de padre, aunque "tampoco se la esperaba", nos confirman las fuentes consultadas.

Las relaciones entre ellas habían sido siempre distantes y después de fallecer Miguel Boyer, inexistentes, debido a cuestiones relacionadas con la herencia. Miguel Boyer murió sin fortuna a causa de los cuantiosos gastos que costó el tratamiento posterior al ictus sufrido en 2012. Pero los dos hijos del ex ministro y Elena Arnedo  consideraban que debían haber recibido al menos algún recuerdo personal de su padre y reprochaban a Isabel Preysler haberles negado una aspiración que consideraban legítima.

Corona de flores sin los nombres de Ana Boyer ni de Isabel Preysler, solo Tamara

La corona de flores que llegó al tanatorio, con los nombres de Isabel, Ana y Tamara Falcó, fue recibida con escepticismo por la familia Boyer y considerada un gesto "poco sincero" por parte de Ana y su madre, según nos explican desde el entono de la fallecida, que se refieren a la otra parte de la familia como personas que "nunca habían apreciado a Laura, ni se habían interesado por ella durante su larga enfermedad". Ha sido Tamara Falcó la única que se ha pronunciado sobre la muerte de la hermana de Ana, calificándola de "tristísima". No quisieron que se vieran los nombres que llevaba la corona de Isabel y Ana, y solo dejaron que se viera el de Tamara.

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