Podría decirse que la profesión de Rocío Carrasco es la de famosa, más concretamente, hija de famosos. Es más bien la representación genuina de la fama heredada. Como todo el mundo sabe, su padre fue Pedro Carrasco, uno de los mejores boxeadores españoles de la historia y tercer español en ser campeón del Mundo (tras Baltasar Belenguer "Sangchili" y José Legrá).
Pero sobre todo la vida de la ex mujer de Antonio David Flores estuvo, está y estará siempre marcada por la colosal figura de su madre, Rocío Jurado. El púgil falleció hace 22 años, y va a hacer 17 años que la chipionera, una de las mejores voces femeninas que ha habido, nos dejó tras perder la batalla contra el cáncer.
Rocío Carrasco en realidad no ha hecho por sí misma nada lo suficientemente relevante como para ocupar durante toda su existencia tantos titulares, portadas y programas de televisión, salvo ser 'la hija de'. Sin embargo, después de la considerable cantidad de años transcurridos desde los fallecimientos de sus progenitores, Rocío Carrasco, antes Rociito, construye su vida regando de un modo u otro esa fama rentable. Muy rentable.
A veces lo hace relatando por dinero, en televisión y por entregas, su calvario sentimental, su tragedia vital junto a quien considera un maltratador, la pérdida de sus dos hijos, con los que no tiene precisamente una buena relación, sus cuitas familiares, y dejándose retratar en bodas y otros bolos casi siempre a cambio de un cheque. Pero es apabullante la desproporción entre sus virtudes profesionales y su fama.
Tras dos temporadas y decenas de capítulos narrando entre llantos y emociones sus desgracias, Mediaset ha vetado no solo a la hija de La Más Grande sino a gran parte de su familia y de la caterva de parásitos mediáticos cuya razón de ser en el mundo del famoseo más casposo procede también de la gran gallina filosofal que les convirtió en personajes objeto de deseo de programas y revistas.
Es significativa la interminable lista de personajes que se unen a Rocío Carrasco en esta galaxia pringosa, verdadero criadero de famosos, pero que no existirían si no fuera por Rocío Jurado. Si dejamos de lado a la chipionera y el boxeador, salvo José Ortega Cano, torero de renombre y viudo de la tonadillera, ninguno tiene entidad ni mérito por sí mismo.
Para empezar, tiramos por la rama conyugal de Rocío Carrasco: ahí nace Antonio David Flores, padre junto a la primogénita de la cantante de Rocío y David Flores. Ya tenemos tres. El ex guardia civil tiene diferentes romances que vamos a dejar de lado pero, después de la tormentosa separación de Rociito se casa con Olga Moreno, madre de su hija Lola, aún muy pequeña. Por supuesto, también sumamos a Marta Riesco, la novia reportera del ex contertulio de Sálvame.
La ganadora de Supervivientes ahora sale con Agustín Etienne, representante de famosos ahora reconvertido en personaje (ya había hecho sus pinitos de famosete cuando salió con Arancha de Benito). Vamos a dejar fuera al novio de Rocío Flores. Si pasamos a la familia materna de Rocío Carrasco entramos en el mundo Amador Mohedano, Rosa Benito, Chayo Mohedano y alguna de sus parejas. Nos olvidamos de otros familiares.
Pedro Carrasco dejó viuda a Raquel Mosquera, personaje de portada también. La peluquera, que va a Supervivientes, ha tenido y tiene parejas que también han hechos sus pinitos pero no los vamos a contar en esta relación por pereza.
Ortega Cano, por su parte, tiene a Gloria Camila y a José Fernando, hijos adoptivos del diestro murciano y Rocío Jurado. Estos a su vez tienen o han tenido parejas que también han protagonizado y aprovechado la oportunidad de la fama, como por ejemplo Kiko Jiménez, ex de Gloria Camila y actual novio de Sofía Suescun. Está también Michu, madre de la nieta de Ortega Cano.

No podemos dejarnos a Ana María Aldón, segunda esposa de Ortega Cano, contertulia de Telecinco, ya divorciada del matador del semen de fuerza, y su hija Gema Aldón, concursante en la nueva edición de Supervivientes como Raquel Mosquera.
Fidel Albiac, el productor
Está por supuesto ese personaje con fama de oscuro, porque dicen que es que maneja en la sombra proyectos y demás actividades en torno a su mujer Rocío Carrasco. Hablamos de Fidel Albiac, segundo marido de la hija de la Jurado. No han tenido hijos juntos. En el caso de este abogado que sacó la carrera no hace mucho (cumplió medio siglo el día de los Enamorados) su explotación de la fama es más bien como de consorte, de portada de Hola, en lo visible, y desde detrás de las cámaras (salvo excepcionales apariciones), organizando y negociando historias como los famosos docudramas que tantas alegrías de audiencia dieron a Mediaset al principio, pero que han terminando sepultando a la cadena que les contrató.
Pero ahora parece que de estas dos docenas largas de famosos rociojuradescos, Mediaset prescindirá de casi todos ellos, aunque los haya tenido pululando por sus platós con más o menos frecuencia. Si bien es cierto que aún quedan restos, como Aldón, madre e hija, o Mosquera, parece que es porque ya habían firmado sus contratos cuando llegó la guillotina vetadora de los sucesores de Vasile.
La mayoría de los familiares y demás satélites de Rocío Jurado tendrán que buscarse la vida sin Telecinco, pero la principal heredera de la fama de la extraordinaria cantante gaditana, o sea, su única hija biológica, ya tiene un plan alternativo para seguir exprimiendo la fama de los huevos de oro.
Rocío Carrasco, consciente de que su presencia en Mediaset no es requerida, por incompatibilidad con la nueva etapa del Código Ético, trata de ordeñar la vaca del dinero con el musical que homenajea a su madre y que, naturalmente, produce junto a su marido, Fidel Albiac.
Ahora va a ver qué saca de la memoria de su padre. No lo hará gratis, solo por el cariño hacia su progenitor. "Por un lado queremos hacer un documental de su vida y también una serie de ficción", le contó a Marc Giró en TVE Catalunya. "Voy a reivindicar la vida de mi padre y la historia de los dos, porque triunfaron juntos y por separado", dijo en un canal alternativo a Mediaset. La hija del boxeador (quien llegó a protagonizar películas, como pasó con Raphael, El Cordobés o Manolo Escobar) ha debido comprender que por la parte materna le queda ya poco más que exprimir.