Luis Miguel y Paloma Cuevas celebraron juntos San Valentín en Nueva York. Los enamorados fueron descubiertos pasando la romántica velada por un empresario mexicano, Hernán Junco, que captó y publicó en sus redes sociales cómo el cantante y la diseñadora disfrutaban de una velada de música en directo en uno de los locales más exclusivos de la ciudad de los rascacielos.
Lea también - Luis Miguel y Paloma Cuevas, amor imparable: romántico San Valentín en Nueva York
Días después, Ana Soria ha reaparecido en redes sociales. "Lo más difícil de tener", ha escrito este jueves junto a un vídeo muy especial para ella y su familia en una ceremonia religiosa. Casualidad o no, cierto es que no es la primera vez que la joven novia de Enrique Ponce hace un movimiento en redes cuando la cordobesa da de qué hablar por otros asuntos.
En las últimas semanas, la almeriense también ha causado sensación en redes por el vídeo en el que aparece toreando una vaquilla junto a su enamorado de Chiva. También por el like que le dio a la foto de Piqué con Clara Chía. Quizás se siente identificada con la joven catalana.
Lea también: Ana Soria lleva los pantalones en su relación con Enrique Ponce
Al comienzo de su relación, la estudiante de Derecho y el torero gritaban su amor a los cuatro vientos en Instagram. Enrique parecía todo un adolescente enamorado hasta las trancas. Su actitud irreconocible provocó un daño innecesario a Paloma, que nunca entró en sus 'provocaciones' y se centró en el cuidado de sus dos hijas, Palomita de 14 años y Bianca de 11, y en el de su padre, Victoriano Valencia (89). Tiempo después, abrumados por la presión mediática, cerraron sus redes, aunque Ana las terminó abriendo de nuevo para ofrecernos instantes como estos.
Relacionados
- Luis Miguel y Paloma Cuevas, amor imparable: romántico San Valentín en Nueva York
- El día que Luis Miguel dejó "plantada" a su ex en Madrid para "pasar el verano entero cerca de Paloma Cuevas"
- Ana Soria lleva los pantalones en su relación con Enrique Ponce
- Ana Soria ya torea junto a Enrique Ponce: atención al modelo escogido para los capotazos