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La lucha desesperada de Irene Rosales para meter en vereda al fiestero Kiko Rivera tras el ictus

Desde que le dio el ictus el pasado mes de noviembre, Kiko Rivera  ha estado cuidándose: dieta, ejercicio guiado y poca salida nocturna. Pero ahora que ya nota que se encuentra mejor, la vida del hijo de Isabel Pantoja empieza a cambiar.

De hecho, este mismo viernes Kiko ha publicado en sus redes una fotografía en la que se le ve más delgado y con mejor especto. Sus seguidores no se la creen, y muchos han insistido en que se trataba de una instantánea antigua. 

Ante las dudas, el hermano de Isa Pantoja no ha dudado en hacerse un selfie ente el espejo con el torso desnundo para retar a quienes no le creen. La barba aparece diferente, y el contorno del vientre, pues también. Pero él asegura que está mucho mejor y más delgado y, lo que es más inspirador, su mujer Irene Rosales le jalea y felicita en ambas puplicaciones: "Mi guapo", dice en la primera, la señalada como de otros tiempos, y "Estás aún mejor", comenta con la segunda, en la que da la impresión de que su marido está 'metiendo tripa'.

El pasado 9 de febrero Kiko cumplió 39 años y decidió celebrarlo por todo lo alto, con una fiesta multitudinaria en su pueblo, Castilleja de la Cuesta (Sevilla), donde vive con Irene y sus hijos. Acudieron alrededor de 40 personas: mucha bebida, comida y buena música que pinchó el mismo. Llamó la atención que entre los invitados hubiera personas que han atacado duramente a su madre.

Pero claro, como no todo podía ser perfecto, según nos cuentan, Kiko no terminó la noche como él hubiera querido. Bien entrada la madrugada y pasándolo genial con sus amigos, Irene, al parecer molesta por algo, le pidió a su marido que diera por finalizada la juerga. Él no quiso e Irene se lo pidió una segunda y hasta una tercera vez. Al final la cosa terminó en una bronca importante entre ellos, según cuentan a Informalia testigos presenciales.

Los que estaban cerca alucinaron, pero finalmente terminaron marchándose a casa, cumpliendo la voluntad de Irene. Después del susto que sufrió en noviembre, es lógico que Irene sea mas estricta con él. Ella lo pasó fatal. Pasó casi 24 horas pensando en que podría perderle. Afortunadamente, Kiko evolucionó estupendamente y, aunque tiene que cuidarse, por suerte no le ha quedado ninguna secuela.

Eso sí, desde entonces su mujer le pasa ni una y ahora  que empieza de nuevo a trabajar pinchando en diferentes locales le ha advertido de manera contundente para que no se contagie demasiado en los ambientes de fiesta donde desarrolla su actividad laboral.

Él, cuando recapacita y se da cuenta de que tiene razón, se deshace con ella, le pide perdón y le escribe cosas bonitas en Instagram, pero todo tiene un límite. Irene lleva dos años muy malos, en los que ha perdido a su padre, que llevaba tiempo enfermo, y a su madre, que se fue de manera repentina, en apenas unos pocos meses.

Isabel Pantoja responsabiliza a su nuera, "la mala de la película"

Por si esto fuera poco, su suegra, Isabel Pantoja, la responsabiliza de su mala relación con Paquirrín. "Ella es la mala de la película", dicen que malmete Pantoja contra su nuera. La presión que soporta Irene es grande y a veces no puede más.

Nos cuentan que Irene no está dispuesta a volver a pasar por los traumas que sufrió al principio de su relación con Kiko Rivera y ver a su marido con problemas. La esposa del Dj contó que tuvo que ayudarle a salir de sus adicciones sin ayuda de Pantoja. "Lo pasé muy mal", dijo. Ahora la historia es diferente: tiene dos hijas por las que se desvive. Pantoja, sin embargo, sigue sin acercarse a su hijo ni a sus nietas. No porque esté de gira en Estado Unidos. No lo hace tampoco cuando está a pocos kilómetros. No dio el paso a la reconciliación estando en Cantora.

Las discusiones entre Kiko e Irene son habituales, a pesar de que ellos intenten demostrar en sus redes lo contrario. El ánimo del Dj no es bueno y, según ha contado su mujer, no se cuida todo lo que debería, lo que provoca los reproches de la sevillana. Bien es cierto que Irene está tan enamorada de Kiko que al final nunca llega la sangre al río. El tiempo dirá si es más fuerte el amor que la desesperación.

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