La propia Tamara Falcó confesó este jueves que Íñigo Onieva se está "implicando un montón" en los preparativos de su boda, que se celebrará el próximo 8 de julio en el palacio El Rincón. Tanto es así, que el empresario madrileño tiene una importante condición respecto a los invitados.
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Los amigos no pueden llevar acompañantes que no sean sus mujeres o prometidas, es decir, nada de novias. De esta manera, se asegura que estén las personas imprescindibles en su gran día.
Así lo aseguran desde El Programa de Ana Rosa, donde, además, explican que mientras la marquesa de Griñón está dispuesta a ser más flexible, su prometido se niega a que se excedan en el número de invitados, que se espera que sean unos 300.
A la hija de Isabel Preysler ya le quedan solo cinco meses para el día más importante de su vida: "La boda es como muy emotivo, organizarla y tal, e Íñigo se está implicando un montón porque normalmente la mayoría de los novios pasan". Tras su reconciliación, Tamara presume de estar en su mejor momento: "Al final había una parte que necesitaba ser sanada, que la hemos hablado y tal. Yo realmente lo sentía y creo que ha habido un cambio de planteamiento que era importante para que esto tuviera un futuro, estamos viviendo un momento muy bonito. No está saliendo mucho y es una gozada, que su trabajo ya no sea la noche", declaró en la reaparición que hicieron juntos este jueves en la Mercedes Fashion Week.
