Bill Gates (67) vuelve a estar enamorado. Dos años después de divorciarse de Melinda French (58) tras más de dos décadas de matrimonio y tres hijos en común, el magnate está ilusionado con Paula Hurd (60), viuda del codirector ejecutivo de Oracle, Mark Hurd, que falleció en 2019 a los 62 años.
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"Llevan juntos más de un año, y siempre la describen como una 'mujer misteriosa', pero para su círculo íntimo no es ningún misterio que están en una relación romántica. Son inseparables", asegura una persona del entorno de ambos a Daily Mail.
Pese a que la relación va viento en popa, Paula todavía no conoce a los hijos del millonario empresario, Jennifer, de 26 años, Rory John, de 22, y Phoebe Adele, de 19. Ella, por su parte, también es madre de dos hijas, Katrhyn y Kelly, nacidas de su matrimonio con Hurd.
El tenis es una de las aficiones que les ha unido. De hecho, acudieron juntos al Open de Australia celebrado en Melbourne en enero. Fueron fotografiados desde las gradas disfrutando de la final que disputaron Novak Djokovic y Stéfanos Tsitsipás. Según asegura el citado medio, aprovecharon parte de su estancia allí para hacer turismo por la ciudad. Unos días después de su visita a Australia, el cofundador de Microsoft admitió en una entrevista con la BBC que estaba "abierto al amor".
Paula Hurd es licenciada en Gestión y Administración de Empresas por la Universidad de Texas. Al terminar sus estudios, empezó en el mundo de las ventas con la compañía de software NCR (National Cash Register), una de las empresas proveedoras de software y hardware para bancos y minoristas más importantes. Ahora, trabaja como desarrolladora y organizadora de experiencias y eventos "memorables" para particulares, empresas y organizaciones benéficas. Tras la muerte de su marido en 2019, heredó una fortuna de 500 millones de dólares.
El divorcio de Bill y Melinda Gates
Los Gates anunciaron su divorcio tras 27 años de matrimonio en junio de 2021. A pesar de las infidelidades reconocidas del empresario informático, todo sucedió de manera amistosa. Dividieron una de las mayores fortunas del mundo (130.000 millones de dólares) sin demasiados desencuentros y ahora están volcados en la fundación benéfica que crearon en 1999. Han impulsado, además, un movimiento con el que invitan a los más ricos el planeta a donar sus fortunas para crear un mundo mejor.
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