La visita de Joana Sanz a Dani Alves ha ocurrido este domingo. Hasta el momento, no había trascendido que la modelo canaria iba a acudir al centro penitenciario Brians II, ya que el encuentro que estaba programado era el de Bruno Brasil, chef amigo del brasileño.

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Este vis a vis, de 50 minutos, ha sido decisivo para ambos, ya que al salir Joana ha desmentido ante la prensa que vaya a divorciarse de su marido, como se ha publicado: "No le voy a dejar solo en el peor momento de su vida", dijo la joven muy afectada.

Sobre el estado de ánimo del brasileño, que lleva más de dos semanas en prisión acusado de un delito de agresión sexual a una joven en una discoteca de Barcelona, la influencer ha respondido: "Ya se imaginarán". "Yo estoy bien", añadió ante los medios que le esperaban a las puertas de la prisión. 

Desde El Programa de Ana Rosa, llevan unos días asegurando que la relación entre Alves y su mujer estaba completamente rota: "Joana Sanz le ha pedido el divorcio a Dani Alves. Sus abogados le han comunicado la noticia porque ella pidió un vis a vis la semana pasada y él dijo que no", dijo la periodista Leticia Requejo. Este viernes, Sanz compartió una foto de uno de sus perros y, con ánimo de desmentirlo, le añadió el siguiente texto con tono sarcástico: "Yo esperando otra creativa tertulia de Leticia Requejo".

Lo que no se entiende son los movimientos de Sanz en redes, ya que este mismo domingo hacia desaparecer de su feed de Instagram cualquier último rastro de su marido. Joana eliminó una instantánea en la que ambos posan con pijamas a juego de la firma Women's Secret, es decir, una colaboración pagada que quizás mantenía hasta entonces por contrato.

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