Los niños, lo que ven en casa, suele decirse con gran acierto. Y es que, junto con aquello de que 'de tal palo tal astilla', a menudo los hijos se nos parecen, como dice Joan Manuel Serrat. En el caso de Tamara Falcó e Isabel Preysler podemos encontrar diferencias entre la actual marquesa de Griñón y su madre, que también fue marquesa (consorte) cuando estuvo casada con Carlos Falcó, padre de la criatura.
Sin perjuicio de las evidentes diferencias entre madre e hija, uno de los parecidos que más acercan a ambas es su sovoir faire con los medios, el mundillo de las exclusivas y la habilidad para negarlas cuando hace falta para marcar ellas los tiempos y optimizar el rendimiento de sus manejos mediáticos como mejor convenga a sus intereses, aunque para ello la verdad no sea siempre su prioridad. En eso son como dos gotas de agua, aunque una naciera en Manila y otra en Madrid.
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Repetimos: Los niños, lo que ven en casa y, aunque llegaran al mundo en condiciones muy distintas, y en lugares que distan 11.000 kilómetros, Tamara vio en su hogar desde muy pequeña cómo su madre ejercía de reina de corazones, que es como decir de reina de las exclusivas. La biografía de Isabel Preysler está repleta de ejemplos pero basta uno muy reciente para comprobar cómo funciona la filipina.

Cuando se publicó a finales de junio que Mario Vargas Llosa no dormía ya en casa de Isabel, en Villa Meona, la mamá de Tamara se ocupó de desacreditar una noticia que, meses después, recobraría todo su sentido. Paseó en público a quien ya había abandonado la residencia de Puerta de Hierro, claro comienzo de la ruptura que luego ella misma oficializó.
Meses antes, en junio, durante muchos días, los reporteros de la revista Semana se trabajaron a base de guardias y jornadas interminables una información que verificaba cómo era ya entonces el día a día del premio Nobel. Que vivía en su piso de la Puerta del Sol. Y resulta que durante mucho tiempo se comprobó que Isabel Preysler y Vargas Llosa vivían separados, tal y como rezaba el titular del semanario.
Por entonces, el noviazgo que empezó (en Hola) allá por 2015 y con el Nobel aún casado con Patricia Llosa, estaba desmoronado pero Isabel no quiso que se supiera entonces. Prefería manejar ella los tiempos, vender la noticia a su revista de cabecera, donde se publicó la ruptura meses más tarde, y orientar al público hacia las razones de la separación que a ella le venían mejor. Llegó después lo de los celos infundados de Mario Vargas Llosa, lo de la carta envenenada de su ex mujer y otras intoxicaciones que han dejado a la ex de Julio Iglesias, Carlos Falcó, viuda de Miguel Boyer y ex novia del literato peruano a la altura del betún, básicamente porque se han desvelado sus manejos.
Tamara Igual
Ahora tenemos a una Tamara Falcó que sigue su ejemplo. Basta repasar como maniobró la marquesa cuando desmintió que estuviera viéndose con Íñigo Onieva antes de hacer oficial la reconciliación vía exclusiva en la misma revista de su madre. Se estaban viendo, como después comprobamos, pero ella solo lo admitió cuándo y dónde quiso. Había mentido, obviamente, como ahora sabemos. Estaban juntos otra vez. Peo ella quería que lo contara Hola.
El caso de la venta del palacio de El Rincón es muy parecido. Y sigue el mismo patrón de comportamiento que los ejemplos anteriores. Tenemos pruebas irrefutables de que la propiedad de Aldea del Fresno estaba a la venta hasta que se publicó este miércoles en Semana. Es más, sabemos que el anuncio fue borrado pero Google aún guarda rastro de ello, y deja en evidencia a Tamara, que el jueves, en su tertulia de El Hormiguero, o sea, de nuevo cobrando, dejo un "por ahora no" por respuesta cuando le preguntaron si vendía El Rincón, cuya propiedad comparte con su hermano Manuel, casado con Amparo Corsini, lo cual, como veremos, es muy relevante.

Lo es porque el apellido Corsini, el de la cuñada de Tamara, destapa incluso cuál es la inmobiliaria encargada de vender el palacio que heredaron los cinco hijos de Carlos Falcó tras la muerte del aristócrata, el 20 de marzo de 2020, hace ahora tres años, víctima del Covid. Amparo Corsini, casada desde hace más de 20 años con Manuel Falcó y madre de los tres hijos con el primogénito del Marqués de Griñón, es miembro de la saga de constructores y fundadores del imperio Corsán. Es hija de Carlos Corsini Alonso (fallecido en 2009) y Amparo Montero Vargas-Zúñiga. Amparo es prima segunda de Belén Corsini, condesa de Osorno, desde que se casó en mayo de 2021 con Carlos Fitz-James Stuart y Solís, hijo menor del duque de Alba. El bisabuelo de Amparo Corsini, Carlos Corsini de Senespleda, fue el fundador de Corsán, una importantísima inmobiliaria. Pero, ¿por qué ahora niegan que esté a la venta?
Las pruebas de que estaba a la venta hasta hace al menos unas horas son irrefutables. No solo hay fotografías, tenemos hasta el vídeo.
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Informalia (@Informalia) February 3, 2023
Y sobre todo, el rastro de Google, con fecha y hora, que demuestra que el palacio se vendía al menos hasta el 1 de febrero, hace 48 horas.

El rastro de Google (imagen superior) muestra que el anuncio de Corsini Properties, la inmobiliaria de la familia de Tamara, vendiendo el palacio de El Rincón, estuvo hasta las 12 horas del 1 de febrero, el miércoles que salió la revista.
En ese enlace, que cualquiera puede pinchar y comprobar, remiten a la página web de la inmobiliaria que, casualmente, se llama como se apellida la mujer de Manolo Falcó, propietario del palacio junto con Tamara. De hecho, el primogénito del marqués de Griñón posee la mayor parte de El Rincón: Corsini Properties se llama la empresa que vende el palacio, como puede verse en el ángulo superior izquierdo de la imagen que está debajo. Por supuesto, ese enlace está borrado desde que Tamara negó que estuviera a la venta pero... ¡Ooops! Nosotros hicimos una captura antes de que desapareciera. Tras la intervención de Tamara en El Hormiguero se veía lo que está aquí, pero ahora aparece que lo han borrado: "Esta página no puede encontrarse". Nosotros la hemos encontrado.

¿Por qué Tamara no dijo, por ejemplo, que el palacio estuvo a la venta hasta el día de la publicación de la noticia en una revista? ¿Por qué no se limitó a guardar silencio? ¿Por qué no dijo, por ejemplo, que no era la cantidad que ponía en la revista? No lo sabemos pero cuando se publicó que el palacio estaba a la venta, el anuncio estaba, y lo puso nada menos que la familia de Manolo Falcó, de su mujer.


A lo mejor la noticia de la venta quería darla Tamara en otra revista y en otro momento. Como hizo su madre cuando se filtró que ya no vivía con Vargas Llosa, y lo negó, para admitirlo vía exclusiva en otra revista.