Más de un año después de la inesperada muerte de Carlos Marín de Il Divo a los 53 años por complicaciones derivadas del Covid, los problemas surgidos entre su 'viuda', la cantante Geraldine Larrosa 'Innocence', y la familia del barítono siguen sin resolverse. Lejos de apaciguar las aguas por la herencia del artista, el cruce de declaraciones entre ambas partes continúa.

Lea también - Geraldine, el gran amor de Il Divo, y el piso de la discordia: ¿otra 'herencia envenenada'?

La última en pronunciarse al respecto ha sido la propia Geraldine con unas duras afirmaciones: "La hermana me echó nada más morir él de la empresa que habíamos creado Carlos y yo", ha asegurado a la revista Pronto.

En este sentido, la artista ha echado más leña al fuego contra Rosa Marín, la hermana de Carlos: "Siempre tuvo envidia de los logros de Carlos y de nuestra vida en común. Ha llegado a decirme que nos quiere ver a mi hija y a mí viviendo debajo de un puente. Lo de esa señora es humillar por humillar". Geraldine y Carlos estuvieron casados entre 2006 y 2009 y años después retomaron su relación. Geraldine tiene una hija fruto de otra relación con el actor Sergio Arce. Para la pequeña Scarlett, que nació en 2013, Marín era como un segundo padre. 

Lea también - Los angustiosos últimos meses de Carlos Marín (Il Divo): de las "amenazas de muerte" de una mujer a su ingreso en la UCI

Hay que recordar que Rosa, la hermana de Carlos, acusó a Geraldine de "intentar arruinarles y llamarles continuamente". La madre, Magdalena Menchero, también explicó que la cantante vivía en la casa del difunto sin pagar. "La beneficiaria quiere que la casa se le entregue libre de cargas, que sea la madre de él quien pague los atrasos y el monto total", aseguró la defensa legal de la familia Marín. Carlos le dejó la vivienda, valorada en alrededor de 700.000 euros, en herencia a Geraldine. Queda sin pagar una hipoteca de 300.000 euros.

comentarios0WhatsAppFacebookTwitterLinkedin