Andrea y Julia Janeiro, hijas de Jesulín de Ubrique, han tomado dos caminos diferentes en la vida en lo que respecta a su exposición pública. Mientras Andreíta, como se la conoce desde pequeña, hija del torero y la mediática Belén Esteban, quiere ser locutora de radio y mantener su imagen a salvo de exposición pública, su hermana pequeña, Juls, como se hace llamar, e hija de María José Campanario, quiere todo lo contrario; a través de sus redes sociales expone su imagen y su vida para llegar a ser una reconocida influencer. Esta postura puede traerle problemas en el proceso judical que ella inició contra Mediaset y el colaborador Kiko Hernández, que han sido multados en primera instancia por un "delito de intromisión ilegítima en el derecho al honor, la intimidad personal y familiar y a la propia imagen" contra la joven Julia el día en el que se convirtió en mayor de edad y se pudo "despixelar" su rostro.
Que las hemanas Janeiro afronten la fama de sus padres de manera tan diferente no significa que no se lleven bien. Su relación es correcta, según cuentan en su entorno, pero su visión de su futuro profesional y su exposición mediática es bien distinta.
La hija de la princesa del pueblo siempre ha querido ser anónima, lo que le ha costado grandes esfuerzos debido a la trascendencia y exposición pública de sus progenitores. Aunque su madre la ha protegido desde que que era muy pequeña, siempre se ha visto perseguida por los medios de papel couché. Dejó claro que ella no iba a vivir como la colaboradora de Sálvame el mismo día que cumplio 18 años, cuando emitió un clarificador comunicado: "Con motivo a la presión mediática a la que me estoy viendo sometida, quiero decir públicamente a todos los medios que pongan fin a dicha situación y a la vulneración de mi derecho al honor, la intimidad y la propia imagen".

Y lo ha cumplido, porque Andrea no tiene redes sociales, salvo las cuentas de algún club de fans que no puede evitar, y su discreción llega al pundo de que apenas existen fotos de ella. Aunque ha estudiado Comunicación en Birmingham, su intención es que solo se le conozca por la voz, puesto que quiere llegar a ser locutora de radio. De hecho, ya ha podido hacer prácticas en el programa que dirige Tony Aguilar en Los 40 de la Ser, donde sus compañeros han reconocido su trabajo y predisposición.
Andrea lleva una vida discreta también en lo personal, muy al contrario que el resto de su familia. Tiene una relación desde 2017 con Daniel Wozza, un ciudadano inglés al que conoció en Benidorm, que aunque sí tiene cuenta de Facebook, tan solo nombra en ella su relación con Andreíta, sin mayores excesos informativos sobre su relación, que califica como "abierta".
Juls, la influencer apasionada de los focos
La pequeña Janeiro en el yang de su hermana en lo que se refiere a la exposición pública. A sus 19 años, quiere dedicarse al mundillo de la moda, ser modelo e influencer. Para ello tiene ya una trabajada cuenta de Instagram con casi 225.000 seguidores, en la que muestra su belleza como una profesional de pasarela. La joven ha pasado ya por el quirófano para aumentarse el pecho y algún otro retoque más, su vida está centrada en la ropa, la cosmética y los viajes, y su vida amorosa ha sido más variada y conocida que la de su hermana mayor.
Julia ha mantenido noviazgos con los futbolistas Bryan Mejía y Álex Balboa, y en la actualidad sale con un tercer profesional del balón, el italiano Tommy Rossi que juega en le Getafe B.

Pese a que le gusta exponerse, Juls quiere ser ella la que controle su carrrera, por lo que no dudó en denunciar a Mediaset y al colaborador Kiko Hernández, porque en abril de 2021, cuando cumplió 18 años, varios espacios de la cadena (Socialité y Sálvame) cebaron una cuenta atrás para despixelar las fotografías que ella misma había compartido a través de las redes sociales. "Odiaba las cámaras, ahora las ama. De niña a influencer", decían los rótulos de la noticia.
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El pasado día 19 de enero, una sentencia de Juzgado de Instrucción número 2 de Arcos de la Frontera (Cádiz) da la razón a Juls y ha condenado a pagar 220.000 euros en concepto de indemnización a la hija de Jesulín y María José Campanario por un delito de acoso físico aunque todavía cabe recurso en la Audiencia Provincial, por lo que esta guerra entre las cámaras de Telecinco y Julia continúa todavía.

El fallo favorable afirma que Mediaset incurrió en un "delito de intromisión ilegítima en el derecho al honor, la intimidad personal y familiar y a la propia imagen" de Julia Janeiro y le condena a pagar 190.000 euros. Además, también condena a Kiko Hernández a pagar 30.000 euros a la demandante por sus declaraciones sobre ella en dos programas de Sálvame.
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