No está dispuesta a que nadie gane dinero a su costa tras su reconciliación con Iñigo Onieva, ni siquiera su revista amiga. Por eso, Tamara Falcó, nada más descubrir que en su viaje a Praga había paparazzi intentando inmortalizar su romántico viaje, subió a redes su álbum más personal. No podemos afirmar que lo hiciera para fastidiarles pero destrozó la exclusiva al regalar las imágenes que buscaban los fotógrafos, reduciendo ostensiblemente el valor del reportaje que estaban tratando de 'robarles' a Onieva y a ella. Y para redondear la jugada hizo caja ella al etiquetar y por tanto hacer publicidad de sus estilismos y del hotel donde ella y su novio su hospedaron, que casualmente era de un amigo suyo. Primero soltó lastre (imágenes) su novio, sacando algunas fotos sin demasiada relevancia pero que podrían haber servido de cebo. Pero la marquesa de Griñón, en cuanto detectó la presencia de reporteros, lo soltó su álbum más personal.

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Los paparazzi, por supuesto, han hecho su trabajo a pesar de todo y probablemente lo veremos este mismo miércoles en alguna revista pero, claro, ya por un valor mucho menor que tendría si la hija de Isabel Preysler no hubiera publicado nada.

Esta estrategia de Tamara es nueva. Ella no ha sido de estropear el trabajo de los demás, pero nos cuentan que en este momento de su vida no está dispuesta a que nadie gane dinero con su imagen. Aunque le debe favores a la prensa.

Ya puso en práctica su nuevo método 'espanta paparazzi' en su primera escapada tras la reconciliación. Entonces ella e Iñigo se desplazaron a Finlandia. En el fin del mundo no esperaba ver a ningún fotógrafo, pero aparecieron. De ahí que publicara en Instagram sus imágenes más románticas.

Esta técnica puede hacer que las agencias dejen de seguirla porque desplazar equipos a los lugares que viajan Tamara e Íñigo es muy caro, y asumir esos gastos ante el alto riesgo de que Tamara 'destripe' el reportaje destroza el 'modelo de negocio' porque reduce notablemente el valor del 'botín'. Por otra parte, Tamara ha reconducido sus apariciones en prensa, posando para revistas que no son de corazón, como Harper's Bazaar, primando la puesta en valor de su 'marca' por encima del cheque de la exclusiva que puedan pagar revistas como Hola. Eso sí, el caché de un bombazo como la boda solo pueden pagarlo cabeceras como la revista del saludo, cuyas ventas se multiplicarían siempre y cuando las imágenes de la ceremonia y la fiesta solo puedan verse en el semanario.

Algunos dicen que tras su reconciliación con Iñigo su imagen de marca se ha deteriorado pero la realidad es que la hija de Isabel Preysler no deja de facturar. Además de seguir prestando su imagen para diferentes empresas, diseñar para otra y trabajar en El Hormiguero, esta misma semana hemos contado que también adquiere unos buenos ingresos al mes alquilando El Rincón a Televisión Española para que ruede la serie La promesa.

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Por esto ella y su hermano mayor podrían estar embolsándose alrededor de 30.000 euros al mes, según fuentes de toda solvencia. Y queda su boda. Con ese gran evento, Tamara rematará, a buen seguro, uno de sus años más rentables. Además de la exclusiva, las marcas se la rifan para poder aparecer en la celebración, que si no cambia nada, se celebrará en El Rincón. Pero antes la podremos ver probándose vestidos de novia, ultimando los preparativos o posando con Iñigo para anunciar la fecha del gran día. Un negocio redondo que la hará más millonaria si cabe.

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