El fracaso tiene premio. Así es en el caso de Kike Sarasola. El fundador de los hoteles "cuquis" Room Mate vuelve a la cadena como presidente con la bendición de los nuevos dueños del negocio, el fondo estadounidense Angelo Gordon y la gestora hotelera canadiense Westmont Hospitality. El proyecto de relanzamiento y expansión se realizará mediante la compra de hoteles, cadenas y nuevas aperturas, pero con la intención de que sean "de lujo".

El empresario recupera milagrosamente la dirección de una empresa que perdió debido a la acción de una de sus socias inversoras, Sandra Ortega, la hija mayor de Amancio Ortega, fundador de Inditex. Sandra puso en venta su 31% de acciones de Room Mate, tras el conflicto que tuvo contra su ex gestor, José Leyte, contra quien se querelló por apropiación indebida, falsedad documental y administración desleal por un asunto relacionado con la hotelera de Sarasola.

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Quien fuera el "casero" de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante lo peor de la pandemia, va a poder seguir diriguiendo la empresa, que en esta segunda oportunidad arranca con 22 hoteles y 11 edificios de apartamentos turísticos en seis países, principalmente en España, Italia y Países Bajos.

A la cadena se une un hostel recien inaugurado en Estambul con 190 camas, llamado WabiSabi (es decir; la belleza de lo imperfecto en japonés), al que le va tan bien que ya tiene una ocupación del 90%. El plan empresarial recoge la posibilidad de expandirse por todo Europa, incluyendo las principales ciudades españolas, como Valencia, Málaga o Sevilla, y conseguir entrar en el mercado de lujo con hoteles de cinco estrellas, tal y como recoge El Español.

Según declaraciones del empresario, "2022 ha sido un gran año y va a ser parecido a 2019", cuando facturaron 107 millones, aunque nunca llegó a registrar beneficios: "El camino hasta llegar aquí ha sido muy duro. Casi me lleva por delante y casi me arruina. Como propietario, he perdido Room Mate, pero el socio llegó y ahora estoy muy contento", ha confesado.

Aunque los nuevos dueños han mantenido al equipo y la plantilla de Room Mate, para rentabilizar la cadena se ha prescindido de seis hoteles; los que tenía en Miami y Nueva York, que fueron con los que Sandra Ortega inició un proceso de desahucio al exigir el pago del 100% de las rentas de alquiler por esos hoteles, y los Málaga y Barcelona, con lo que tampoco consiguieron renegociar los contratos de alquiler.

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