Marta Ortega cumple 39 años el próximo 10 de enero y por adelantado ha recibido un regalo que seguro le llena de ilusión: los mejores resultados de la cotizada tras nueve meses con ella en la presidencia. Desde abril comanda Inditex y no le ha ido nada mal ni en lo personal ni en lo profesional.
Hace ya más de un año que el consejo de administración del gigante textil creado por su padre aceptó la salida de Pablo Isla. Pero Marta Ortega lleva trabajando en Inditex desde que tenía 23 años. Comenzó desde abajo nada más licenciarse, viviendo la experiencia en tienda durante su estancia en Londres, donde trabajó como dependienta en Zara King's Road y donde pocos sabían quién era esa jovencita española. "En la primera semana, creí que no sobreviviría", reconoció años después. Después pasó por Bershka en Barcelona antes de desembarcar en Arteixo, la sede de la compañía en A Coruña. Allí trabajó con una de las personas de máxima confianza de su padre, Beatriz Padín, directora de Zara Woman. Como embajadora viviente de su marca, las prendas que luce se agotan pronto en las tiendas.
Este año, por primera vez, a ella le ha tocado dirigirse a sus empleados y en vísperas de la Nochebuena, y como ya adelantó elEconomista, la presidenta de Inditex hizo balance de su primer ejercicio al frente del grupo. "Termina un año que ha sido muy especial para mí, del que guardaré siempre un gran recuerdo. Estos casi ocho meses en la presidencia de la compañía han sido intensos, emocionantes y de mucho aprendizaje", explicaba en la carta enviada a toda la plantilla.
Ortega agradecía haberse sentido "muy arropada por todos", en este tiempo, siendo consciente de la dificultad añadida por las "circunstancias complejas como las que hemos vivido", rezaba su misiva. "Desde abril estoy todavía más orgullosa, si cabe, de la empresa que fundó mi padre, en la que he crecido y en la que vivo profesionalmente de forma tan intensa", explica a la familia de Inditex. Tras admitir que no ha sido un año fácil, con sus tiendas de Ucrania cerradas, y referirse a sus "compañeros" en el país invadido, y a la "situación tan dolorosa", que atraviesas, aludió a la "decisión tan difícil" que supuso desprenderse de sus tiendas en Rusia.
El grupo vendió en octubre su negocio en el país de Putin, que representaba el 8,5% de su beneficio, al grupo emiratí Daher, tras tener ocho meses con sus tiendas cerradas. "Todas estas dificultades requieren un esfuerzo aún mayor por parte de cada uno de vosotros", pedía Marta Ortega.
Con todo, Inditex cierra el primer año de Marta Ortega con resultad históricos pese a la guerra y la inflación. Sus ventas superarán los 31.500 millones, cerca de 3.000 millones más que su anterior récord, según las previsiones, y su beneficio rozará los 4.000 millones. "Podemos y debemos mejorar, y yo espero contribuir a ello", escribía la presidenta de la cotizada.
En lo personal, la hija de Amancio Ortega, depositaria de la total confianza del fundador, vive un momento dulce. Su matrimonio con Carlos Torretta, padre de su hija Matilda, es un ejemplo de estabilidad, y con su primer marido, el jinete asturiano Sergio Álvarez Moya, padre del pequeño Amancio, la relación es muy buena. Marta Ortega se casó con Carlos Torretta en noviembre de 2018 y su hija nació en marzo de 2020. El hijo del diseñador Roberto Torretta se incorporó en septiembre de 2019 al área de comunicación de la división e-commerce de Zara.
Además de empresaria, esposa, madre e hija, Marta disfruta con la pasión por los caballos, la moda, el arte y la cultura, como se ponen de manifiesto en sus escogidas actividades públicas. "Siempre he dicho que dedicaría mi vida a desarrollar el legado de mis padres, mirando al futuro, pero aprendiendo del pasado", dijo Marta en The Wall Street Journal. Todo indica que Marta lleva en sus genes la capacidad de emprendimiento no solo de su padre sino de su abuela Josefa, como el mismo fundador de Inditex dice en la biografía escrita por Covadonga O'Shea. También ha heredado de su padre la discreción.
Exquisitamente educada por su madre, Flora Pérez, y por su padre, Marta aprendió idiomas con su institutriz británica, Brigitte. Además de español y gallego, Marta habla inglés, francés e italiano. Su formación, en los Jesuitas y en un internado en Suiza, incluye estudios de Empresariales en la Universidad de A Coruña y en la European Business School de Londres, donde se licenció en 2007 en la especialidad de Empresariado Internacional.