Luis Medina es un hombre enamorado. Tras el pelotazo de las mascarillas, causa por la que sigue siendo investigado, ha trascendido que el hijo de Naty Abascal está ilusionado de una joven llamada Clara, que es enfermera. Luis mantuvo su última relación conocida con la empresaria Cristina Fontcuberta, con quien rompió en 2018 tras alrededor de un año de noviazgo.
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Este miércoles, el empresario apareció en varios semanarios del cuore paseando por las calles de Sevilla con esta mujer que le ha robado el corazón. Clara es coordinadora del Centro Integral de Próstata y también ha trabajado como modelo de trajes de novia. La cara de felicidad de ella lo dice todo. Aprovecharon el puente (acueducto) de diciembre para exprimir su amor en la Capital Hispalense.
Discreto con su vida privada, hace alrededor de cuatro años rompió su relación con Fontcuberta, hija de la duquesa de Estremera y el desaparecido marqués de Bellamar. Por el corazón del hijo del duque de Feria también han pasado desde las últimas décadas otras mujeres como la modelo Priscilla de Gusti (su primer amor conocido), Alejandra Rojas, la actriz y presentadora holandesa Sylvia Meis, Norma Ruiz, Amanda Hearst, la arquitecta Paula Barcala, Alejandra Pérez-Pla y la fotógrafa Mónica Ugalde, entre otras. Incluso se ha comentado que tuvo algo más que una amistad con Tamara Falcó.
El pelotazo de las mascarillas
El marqués de Villalba volvió a la actualidad el pasado mes de abril pero no precisamente a las páginas rosas, donde ha sido habitual desde niño.
Fue precisamente su papel como intermediario en la compra de mascarillas, guantes y test sanitarios para el Ayuntamiento de Madrid, en el momento más duro de la pandemia, lo que le llevó a ser denunciado por la Fiscalía Anticorrupción, por haber cobrado una comisión cercana al millón de euros (desproporcionada por estos materiales, en un contrato confuso y discutible).
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El escándalo desveló que con el millón de euros que se llevó Luis Medina por la operación, se compró el velero con el que se le vio navegar junto a su hermano y amigos por aguas del Mediterráneo. El caso de las mascarillas, en el que también está implicado su socio Alberto Luceño por la comisión que se embolsó de cinco millones y medio de euros, está siendo procesado en los juzgados madrileños de Plaza Castilla.
El juez Adolfo Carretero ha levantado al empresario la medida cautelar por la que tenía que comparecer los días 4 y 18 de cada mes ante el juzgado.
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