Pantodrama on air. La sobrina de Isabel Pantoja, que reapareció en televisión este lunes tras la muerte de su padre, ha aprovechado el festivo Día de la Constitución para volar a Canarias, donde se ha reencontrado con sus amigos y su amada playa. Eso sí, Anabel no ha disfrutado de un vuelo precisamente tranquilo y ha compartido unas imágenes con sus seguidores en las que aparece llorando como una magdalena. ¿Qué ha pasado?
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Nada que deba preocupar a los que la quieren, porque las lágrimas de Anabel se debían a una serie de televisión que había llegado a su fin: Los Bridgerton. La sobrinísima es fan de la exitosa ficción de Netflix (basada en las novelas de Julia Quinn) y este martes ha terminado la segunda temporada entre lágrimas: "No creo que pueda superar no verlos cada noche", ha escrito en sus stories.


Anabel está sensible. El pasado 25 de noviembre despedía a su padre, Bernardo, que moría a los 69 años tras una larga enfermedad. La novia de Yulen Pereira no solo tuvo que hacer frente al duelo sino también a todas las polémicas y escándalos que la persiguieron durante el velatorio y la cremación de su padre. Tras varios días de informaciones y hasta una exclusiva de Junko, la novia de su padre, que dejaba en muy mal lugar a Isabel Pantoja, Anabel estalló en Sálvame con una llamada telefónica: "No tenéis respeto. ¿Vais a dejar a mi padre descansar? ¿Me vais a dejar que lo llore?".
Ahora, además, se enfrenta a un nuevo problema: Pinocho, el supuesto hijo de Bernardo, piensa reclamar la paternidad por vía judicial. Al haber sido incinerado, será Anabel la que tenga que realizar (si así lo decide un juez) una prueba de ADN. Ella está muy enfadada y ha comentado con sus íntimos que "pase lo que pase, ese chico jamás será mi familia".