Los ciudadanos marroquíes empadronados en España sumaban 869.661 personas en mayo de 2021, según el Instituto Nacional de Estadística. Nuestros vecinos del sur constituyen la primera nacionalidad extranjera en nuestro país. En Ceuta y Melilla, casi la mitad de la población es de origen marroquí. En las plazas norteafricanas hay muchos españoles que son nietos o hijos de marroquíes. Solo por eso, el partido entre las dos selecciones, que se juega el día de la Constitución, será mucho más que un partido.
Mucho han cambiado las cosas desde aquel primer Marruecos-España en partido oficial, allá por 1961. Un gol de España fue discutido, anulado y luego concedido finalmente por el árbitro. Si este martes, España y Marruecos se juegan el pase a cuartos del mundial en el Education City de Qatar, en noviembre de 1961 se cruzaban por una plaza directa en el Mundial de Chile.
Para llegar a Chile 1962, la selección española había eliminado a Gales (1-2 en Cardiff y 1-1 en Madrid), y eso la puso en la siguiente ronda contra Marruecos, para jugarse a doble partido el billete mundialista.
Las crónicas de la época dan cuenta de aquel 12 de noviembre de 1961: más de 30.000 personas abarrotaban las gradas del estadio de Casablanca. El palco estaba presidido por los príncipes Muley Abdallah y Lamía El-Sol. En nuestra selección jugaba Ferenc Puskas jugó con la selección española. El legendario goleador del Real Madrid era húngaro, nacido en Budapest, pero se había hecho español y a sus 34 años todavía daba guerra en el césped: 84 goles en 85 partidos le acreditaban. España ganó sufriendo. Junto a Puskas estaban figuras de la talla de Gento, Zoco o Del Sol, autor del gol, de cabeza y muy discutido, que fue revisado por el árbitro suizo.
La vuelta en Chamartín tampoco fue pan comido: La Roja (se llamaba de otra manera) se adelantó dos veces, y dos veces empató Marruecos. Al final ganó la selección, 3-2. Aquella noche debutó con España un chaval llamado Marcelino, que marcó. El mismo que, años más tarde, sería el héroe en la Eurorocopa de 1964, ganada por la selección de España, que se impuso en la final a la Unión Soviética por 2-1. Pero eso es otra historia.