En el entorno de Kiko Hernández todos callan, nadie habla de la relación especial del tertuliano de Sálvame con su íntimo amigo, el actor Fran Antón. Pero existe un traidor, o traidora, que rompe el pacto de silencio. Kiko busca desesperadamente a quien da los chivatazos. No es normal que cada paso que dan los dos, cada viaje que comparten, salga reflejado en las revistas. Algo falla en el entramado, alguien se va de la lengua, y tiene que ser un miembro del círculo más cercano del dúo.
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Nos dice un confidente que conoce bien a Kiko que "él sospecha de una persona en particular, pero no tiene pruebas que demuestren su culpabilidad. A quien descarta totalmente, a pesar de que últimamente se ha descubierto que ha revelado episodios muy personales suyos, es a Belén Rodríguez. No van por ahí los tiros".
Aunque Kiko intenta mostrar cara de póquer cuando se comenta en Sálvame su relación con Fran, la procesión va por dentro. No le gusta que se hable de su vida privada y le molesta muchísimo que sean sus propios compañeros de plató los que dejen entrever unas presuntas apetencias sexuales que Hernández ni confirma ni confirmará, si es que existen.
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