El ex futbolista blaugrana ha vivido los peores meses de su vida. A su separación de Shakira y la pelea por la custodia de sus hijos se unen las feroces críticas por su relación con Clara Chía y su retirada de los campos por su bajo rendimiento. Gerard Piqué ha sido, durante muchos meses, el malo de la película, la diana de todos los puñales de la legión de fans de la colombiana y un objetivo fácil de desestabilizar para los rivales. "Meses muy complicados", como han dicho sus padres, Joan y Montserrat, que le han pasado factura: está en los huesos.
Su compañero, Robert Lewandowsky, ha publicado una imagen junto a Piqué en la que el catalán aparece sin camiseta, mostrando así una considerable pérdida de peso. A Gerard se le marcan las costillas y hasta el esternón o las clavículas, detalles de su anatomía que no se aprecian en imágenes de otros años. El rostro, además, se le ha afinado, algo que ha pasado desapercibido gracias a la barba pero que en esta imagen, gracias al ángulo de cámara, es más que notable.
Piqué se despidió del Camp Nou y de la afición el pasado sábado entre lágrimas: "Amar también es dejar ir". La frase cobró mucho más sentido el lunes, cuando salió a la luz el acuerdo al que Piqué había llegado con Shakira tras meses de enfrentamientos y 12 horas de negociación ininterrumpida: los niños se van a Miami con su madre. El empresario se había negado hasta el momento a separarse de sus hijos pero la situación era ya insostenible y estaba haciendo mella en su salud. La propia Clara Chía, con la que habló en varias ocasiones durante la reunión con su ex y los abogados, le convenció para dar su brazo a torcer y poder seguir adelante con su vida.
Ahora se abre una nueva etapa para Piqué, que podrá trasladarse a Miami cada mes para pasar un máximo de 10 días con sus hijos. Afirman, además, que aprovechará para poner en marcha la expansión americana de su empresa, Kosmos, y incluso podría formarse para regresar al F.C Barcelona como directivo.
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