Durante las interminables horas que duró la reunión entre Shakira, Piqué y sus respectivos abogados, la conducta del ex defensa del Barcelona fue cambiando. Su actitud no fue la misma al comenzar que al acabar. En todo ese tiempo, no cesaron las continuas llamadas de su novia Clara Chía y las que él mismo le hacía a la joven veinteañera que le ha robado el corazón al ya ex jugador culé.
Fuentes de toda solvencia nos informan de que fue la joven quien animó a Piqué a cerrar un trato, sin más demora, para finalizar de una vez el tira y afloja entre la colombiana y el padre de sus hijos. Las llamadas fueron incesantes y ya, pasada la medianoche, se llegó a un acuerdo, como ya recogimos.
Aparentemente, la ganadora ha sido la artista colombiana, ya que después de Navidad se irá, por fin, a Miami con sus dos hijos Sasha y Milan. Sin embargo, Piqué era consciente desde hace tiempo de que tarde o temprano los niños se irían con su madre a Estados Unidos y en lo único en lo que ha cedido el deportista y empresario ha sido en los plazos. En lugar de admitir, como era su intención, que se fueran dentro de un año, ha preferido que sea ahora para así acabar de una vez por todas con largas y tediosas discusiones, que solo le producían irritación y amargura. Recordemos que en uno de los dos encuentros anteriores con Shakira y los respectivos abogados, Gerard se levantó de la mesa negociadora y se fue dando un portazo, mientras Shakira continuó sola la reunión.
Se dijo que Piqué no había asistido a este último encuentro porque la prensa, que esperaba su aparición, no le vio llegar a la puerta de la casa donde tuvieron lugar las negociaciones, que había sido el domicilio que compartieron la de Barranquilla y el blaugrana hasta su separación. Pero es falso.
Esa casa y la de los padres de Piqué están separadas solo por el jardín y la piscina, y lo que ocurrió es que el ex futbolista, que había almorzado ese lunes con sus padres, accedió a su antigua vivienda por el jardín, precisamente para evitar a la prensa.
Venden la casa común, valorada en 15 millones
Esta magnífica mansión en la exclusiva zona residencial Esplugas de Llobregat, es el único punto económico del acuerdo firmado, ya que pertenece a una sociedad de la que son titulares la colombiana y el deportista catalán. En cuanto Shakira deje Barcelona, la casa, valorada en unos 15 millones de euros, se pondrá a la venta. Parte de esa ganancia, que deben repartir al 50 %, irá a parar al fondo común que van a crear ambos contendientes para sufragar viajes de los niños y sus padres, entre Barcelona, Miami, y viceversa. No hay más que repartir. El dinero nunca ha sido motivo de discusión entre ellos.