Que Esther Doña nunca fue santa de la devoción de los hijos de su marido, el fallecido Carlos Falcó, no es algo nuevo. El distanciamiento entre ambas partes fue claro y notorio, a pesar de los aristocráticos silencios de la familia del marqués de Griñón.

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Pues bien, ahora se acrecienta esa distancia por la confesión que la viuda acaba de hacer en el programa vespertino de televisión presentado por Sonsoles Ónega: "Me dolió más la ruptura con el juez Pedraz que la muerte de mi marido", dijo Esther Doña, comentario que ha enfadado especialmente a Tamara Falcó y sus hermanos.

Una fuente del círculo más cercano a la hija de Isabel Preysler, que adoraba a su progenitor, desvela que "esa confesión de Esther le demuestra a Tamara algo que ya tenía muy claro, que esa mujer no estaba tan enamorada de su padre como va pregonando por ahí". Desde este entorno consideran que es una prueba definitiva de contradicción: "No se puede decir que Carlos fue el hombre de su vida y que continúa enamorada de él, y reconocer al mismo tiempo que le dolió menos su muerte que la ruptura con Pedraz. Es una incongruencia".

Tamara no ha escondido nunca su falta de feeling con Esther, siendo ambas de edad parecida, es más, nos aseguran que no tienen el menor contacto. Y que si la primera mantuvo algún tipo de relación, simplemente correcta, con Doña es porque su padre se lo pedía. Nada más. Murió Carlos y la desconexión entre ambas es absoluta.

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