José Ortega Cano cumplirá 69 años dos días antes de navidad pero va de gallito por la vida, airea a los cuatro vientos que está preparado para ligar, que ya abre su corazón a nuevas conquistas, pero no consigue desligarse totalmente del amor que todavía siente por su esposa Ana María Aldón.
El que fuera marido de Rocío Jurado desde 1995 hasta la muerte de la chipionera en 2006 está a punto de firmar los papeles de divorcio con su segunda mujer, madre de su hijo pequeño, pero mantiene en su foto de perfil del whatsapp la imagen del cuadro que todavía preside el salón de su casa y en la que aparecen los dos. Un gesto que demuestra sus verdaderos sentimientos.
El torero, aunque intenta aparentar lo contrario, se siente hundido por dentro. Nos lo cuenta alguien muy cercano al cartagenero: "José Ortega Cano intenta sufrir en silencio el dolor que le produce la ruptura con Ana, y lo que dijo el pasado martes por la noche, eso de que quiere ligar, es mentirse a sí mismo. Ni está por la labor de buscar nueva pareja ni le entra en la cabeza que su matrimonio se ha acabado. Pero no quiere problemas con Ana por el bien del hijo de ambos. Lo único que le ha pedido a su mujer es que viva cerca de su casa para poder ver a su hijo todo el tiempo posible. Ella entiende su petición y también pondrá de su parte para que no se rompa el vínculo padre hijo".
Ortega se arrepiente ahora de errores del pasado que le fueron apartando de la armonía matrimonial. Entiende que tendría que haber sido más comprensivo en determinados aspectos de la vida de Ana María, y que debió cortar por lo sano el enfrentamiento de sus hermanos y su hija Gloria con su esposa. Desgraciadamente, ya es tarde para rectificar.