La actriz ha desvelado este fin de semana un capítulo de su pasado hasta ahora desconocido: su amistad con la familia de Martin Luther King, el activista de los derechos civiles asesinado en 1968. Los padres de Julia Roberts, dramaturgos y dueños de una escuela de interpretación, aceptaron a la primogénita de King en sus aulas cuando el resto de colegios rechazaban a los niños negros, un detalle que unió a las familias de por vida.
La intérprete, ganadora del Oscar por Erin Brokovich, ha situado el inicio de aquella amistad en la década de los años 60, en Georgia. Entonces sus padres, Betty Lou y Walter Grady Roberts, aceptaron en su escuela a Yolanda King, a la que otorgaron un papel protagonista en una de las funciones escolares. El Ku Klux Klan, horrorizado de ver que una niña negra se enamoraba de un blanco sobre las tablas, hicieron explotar un coche bomba a las puertas de la escuela en 1965, pero los padres de Roberts no se amilanaron.
Los King, agradecidos por el cariño de los Roberts, no dudaron en ayudarlos cuando Julia llegó al mundo y se acumularon las facturas de hospital por su nacimiento: "Ellos no podían hacerse cargo de los gastos y Martin Luther King y su mujer, Coretta, lo pagaron todo", ha contado Julia en el programa History Talks.
Lamentablemente, el reconocido activista fue asesinado por un supremacista blanco el 4 de abril de 1968, pero la amistad entre las familias perduró a lo largo de los años. De hecho, Walter Grady se encargó personalmente de formar a Yolanda King como actriz, un terreno en el que destacó gracias a películas como Fluke o Ghosts of Mississippi.